jueves, 2 de agosto de 2018

Mil perdones Reina Mía

Sé que Usted me siente distante, pero distantes están nuestros cuerpos
Y mis temores, me hacen siempre la misma pregunta
¿Si seremos capaces de conservar la magia de lo nuestro?
Al principio me aferré a Su persona con todas mis fuerzas
Fue Usted quien me rescató del abismo en el que estaba

Cada palabra, cada gesto, cada cosa que hizo por mí
Generó lágrimas en mis ojos incrédulos
Y desde mi incredulidad ¿Cómo hago para que confíe en mí?
Sé que ya di pruebas de compromiso, entrega, sacrificio
Y deseo darle cada día todas las seguridades posibles
Usted sabe que puede confiar en mí y que no me he rendido

Su aparición en mi vida, no deja de ser un misterio
La forma en que Usted me ama, aplaca mi sed hasta colmarme
Mis sentimientos para con Su persona son superlativos
Me siento muy afortunado en saberme suyo
Sumisión que se mantiene intacta a pesar de todo
Pero el tiempo para poder reconstruirme como Su caballero no alcanza
También es muy amarga Su ausencia y el no tenerla me debilita
Ansioso espero Su regreso, que recupere lo que le pertenece
Todos sus tesoros siguen bien guardados en los cajones secretos

Cada vez que la veo, no dejo de asombrarme por haberla encontrado
Por otro lado, sé que a Usted le duele mucho
Tener que aprender a vivir en un Palacio
Que será para dos personas solamente
Lamentablemente no estoy hecho para la vida en familia
No hay entrenamiento, ni castigos que puedan revertir tal circunstancia
Conformarse con saberme su esclavo, su guardián o su caballero
Sin importar cuanto me sacrifique en la dura faena
Puede que nunca llegue o ser suficiente para Usted en aquel postrer día

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