lunes, 24 de diciembre de 2018

El agente penetrador fue penetrado

  Días atrás Mi Reina publicó en su Blog lo que para ella fue nuestra Quinta Sesión bajo el título de “Sounding, el estreno”. Y digo para ella, porque en lo personal creo que fueron varias más, siendo que siento haberme entregado a ella sexualmente de muchas formas diferentes, pero sí he de reconocer que sin el marco estricto de comienzo y final que caracterizan a las Sesiones FemDom o BDSM.
  Lady Eros se encuentra mucho más afianzada y cómoda en su rol de Dómina, sus creaciones y puestas en escena son algo que perfectamente podría ponerlo al nivel de una Mistress profesional. Es como si estuviera en su propia naturaleza genética o como si lo llevaría en la sangre. Su Playroom día a día luce más equipado y va tomando toques de su personalidad. Lamentablemente me están incumpliendo con dos de los muebles que tengo encargados desde hace tiempo, pero que por una razón u otra todavía no están terminados.
  Para esta sesión en particular de la que estamos hablando, yo debía entrar bañado a su Playroom, mientras salía de la ducha, Mi Reina me ordena estar postrado frente a su trono en cinco minutos.
  Traté de ponerme en situación lo más rápido posible, a veces me cuesta mucho salirme de la rutina y los problemas que el trabajo o la vida cotidiana nos pone sobre los lomos. Esa es una de las grandes barreras que podría reconocer que tenemos. No ella, sino yo, pero por suerte esa noche salió todo bien.
  Me colocó el collar y recibo la orden de besarle completamente las piernas, primero fueron besos suaves, pero al poco tiempo debía lamerlas. Entre besos y lamidas no sé cuanta saliva le ofrendé. Estando sentado, una de sus piernas descansaba sobre mis hombros mientras atendía la otra. Cada tanto sus tacos se clavaban con fuerza en mi pecho y yo trataba de mantener mis ojos para no ver la cara satisfacción y vicio que Mi Reina suele tomar al sentirse bien atendida.    
  Ella había elegido una música muy particular para la ocasión que nos acompañó muy bien.
  Terminada esa primera parte, ella me hace saber que en esta sesión en particular tendría permitido el uso de las palabras de seguridad. Tratamos de nos usarlas para que ella pueda manejarse con más confianza en el percibir por ella misma los límites o alcances de cada sesión, sin que yo pudiera interferir demasiado en lo que ella espera vivir o alcanzar.
  Ella me había advertido que el tópico del día sería trabajar en el sounding y que siendo una experiencia completamente nueva para ambos, la comunicación sería de valiosa ayuda, ya que ninguno de los dos tenía intensiones de cometer errores y que algo saliera mal.
  Me cubre la cabeza completamente con una máscara del tipo de lycra completamente ciega, se respira con una pequeña dificultad a través de ella, pero sin lugar a dudas que eso aumenta la intensidad de la sesión. Como bien dice Lady Eros en su relato, mi única posibilidad de verla sería a través de mi mente, ya que dicha máscara cuenta como un doble antifaz que anula toda posibilidad de ver al exterior. 
  Me ordena luego ponerme de pie y extender mis brazos hacia los lados (Antes de hablarme del sounding, Mi Reina me había comentado que iba a volar muy alto), entonces fue que me dijo que, para poder volar, necesitaría alas. Sentí como con sus uñas abriendo surcos en mi espalda, lo hizo en tres oportunidades y el ardor fue muy duro de soportar. Adivinando ella que tenía esa sensación, tomó un hielo y lo fue pasando por sobre los trazos que había hecho en mi espalda. “Te obsequié unas hermosas alas rojas” dijo, o algo muy similar a eso.  
  Lo siguiente fue recostarme en la cama, excitó mi pene y con un cordón lo estranguló conjuntamente con mis testículos, la atadura se sentía firme y parecía que mi socio ya estaba listo para ser sacrificado. Previamente se aseguró de excitarme lo suficiente como para que lograra una sólida erección. Una pausa no muy larga y siento como la sonda lubricada comienza a abrirse paso por mi ciclope.
  Estoy buscando palabras que puedan describir la sensación, pero no las encuentro. Sería como estar eyaculando en todo el momento que la sonda va subiendo y bajando dentro de uno. Es placer y es dolor, pero la intensidad de la sensación va en constante crecimiento y llega un momento en que se vuelve insoportable. Se comienza a sentir como un ardor parecido al que se siente cuando nos ponemos desinfectante en una herida. Involuntariamente comienzo a retorcerme y a contorsionarme. Trato de no hacer uso de las palabras de seguridad esperando a ver que Mi Reina por ella misma descubra mi estado, pero no, no aguanto más y digo “amarillo”.
  Sin perder un instante Lady Eros detiene el sondeo y el alivio llega inmediatamente. Me cuesta un poco recuperar la respiración normal y salir del trance en el que me encuentro. Siento sus besos y caricias por sobre la máscara y se asegura que esté bien. Quita el cordón y suelta mis manos que se encontraban atadas (detalle que me olvidé mencionar y que se dio al momento de acostarme en la cama).
  Acostumbrarme a la luz me lleva un tiempo, pero antes de que perdiera mi erección siento como Mi Reina se apronta a montarme sin piedad. Me ordena que acabe, pero no puedo, menos en esa posición. Entonces ella decide facilitarme más las cosas sentándose en su trono y ofreciéndome a la vista su hermoso culo en posición de perrito. Siento que la excitación y la fuerza se recuperan y ahora si es mi eyaculación la que está subiendo con la fuerza de un volcán y se va abriendo camino por el conducto ya dilatado. Nuevamente se siente dolor y placer, pero trato complacer a mi amada ofreciéndole lo mejor de mí. 
  El silencio, la calma, la recuperación se van apropiando de nosotros. No doy crédito a la experiencia que había acabado de vivir. La satisfacción de descubrir y vivir lo nuevo, de haber superado la prueba. Y eso lo digo con humildad, apenas fue un primer contacto con la sonda de menor diámetro, pero logré prestarme a la prueba y salir de ella.
  Creo importante comentarles los efectos o las consecuencias del después. La primera orina fue un poco dolorosa, en la segunda apenas una molestia y al otro día me sentía completamente recuperado, sin molestias ni dolores de ninguna clase.
  Quienes sigan el Link y lean la versión de Lady Eros, tendrán las dos visiones de lo que fue la misma sesión. Si bien su relato está cargado de muchas más imágenes y una descripción excita de lo vivido.

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