miércoles, 15 de julio de 2020

Lady Eros, mi Key Holder

  Se suele decir que en los mundos del FemDom y del BDSM hay infinidad de actividades o elementos para incorporar a nuestra sexualidad para vivirla a pleno. Todo esto se hace con la intensión de aportarle cuanta diversión, morbo, chispa y el mayor grado de placer que nos sea posible en los diferentes momentos de nuestra vida cotidiana. De más está decir que Lady Eros se destaca en cuanto a creatividad para cada momento que tenemos oportunidad de disfrutarnos mutuamente.
  Lo del control de castidad es algo que siempre estuvo propuesto sobre la mesa, pero por diferentes razones no lo hemos llevado a la práctica debidamente, salvo en algunas sesiones y muy pocas veces superamos las cinco horas de uso.
  El primer gran obstáculo fue dar con el dispositivo adecuado. Hay una gran variedad en el mercado y hemos comprado varios de ellos con pocos resultados satisfactorios. Este último fin de semana decidimos probar si entre todos podíamos armar un set que realmente nos funcione y que nos sirva para adentrarnos en estas prácticas. Hemos de decir que por suerte lo logramos y las tres piezas que decimos usar pertenecen a tres dispositivos diferentes y pasamos satisfactoriamente su uso continuo durante el sábado y domingo. Haciendo Mi Reina una revisión cuidadosa entre ambos días y al finalizar el fin de semana, para ver cómo iban las cosas y como me había sentido. Así también si tenía comentarios útiles o sugerencias para aportarle a tener en cuenta para el futuro donde las contemplaciones serían casi nulas; con excepción de las palabras de seguridad, claro está.
  Lady Eros me asegura tener grandes deseos de querer controlar mi zona genital y que a tres años de estar juntos ya es tiempo de que así vayan siendo las cosas. Eso viene acompañado de una promesa: que, si le cedo a ella el control, mi placer se verá multiplicado. Reconoce mi sufrimiento al no poder masturbarme cuando esté excitado y que mis orgasmos sólo podré tenerlos cuando ella así lo decida. Situación en la que ya llevamos varios meses trabajando, ya que sólo puedo acabar con su permiso o cuando ella me lo pide expresamente.
  Mi Reina está muy decidida a ser mi Key Holder (término con el que deberé familiarizarme de ahora en más), promete mantenerme excitado y motivado en todo momento que lleve el dispositivo puesto. Cosa que tiene mucho sentido, porque de otra manera no habría morbo, ni juego mental con el cual sentirme torturado. Ella ya tiene una maestría para meterse en mi mente y dar vuelta todo mi mundo, elevándome a los clímax más intensos. En su cara se ve el goce que siente al llevar satisfactoriamente y de acuerdo a sus tórridas fantasías esa manipulación mental que le da el mismo o más placer que sus orgasmos físicos. Ella me está hablando de pasar de vivir placeres fugaces a unos más prolongados en el tiempo.
  La conexión entre la castidad y la sumisión sigue siendo el entregarme libremente a la voluntad y deseos de la persona que más amo. Ser casto, sería obedecer a una orden dada por Mi Reina y que tendrá pausas cuando ella decida premiarme por hacer el bien, o porque se haya cumplido el tiempo de alguna penitencia. Las posibles razones que puedan justificar el uso del dispositivo abundan, como así también la única razón de que ella simplemente se le antoje verme en esa situación por el tiempo o las circunstancias que a ella se le antojen. Esto tiene íntima relación con el propósito de estimular o jugar mentalmente conmigo.
  Me he dado cuenta, que con el solo hecho de verme con el dispositivo puesto, a ella le activa deseos de jugar conmigo de otra manera. La excita y la estimula mentalmente para hacerme desear lo que estoy imposibilitado de satisfacer. Incluso las ataduras de mano suelen ser un buen complemento en esos momentos, para evitar que mi socio reciba cualquier tipo de socorro.
  En nuestras pocas experiencias, si he notado que la excitación se eleva mucho más y se mantiene constante. En otras circunstancias, uno está como programado, ya sabe que luego de una erección y algún estimulo constante, la eyaculación u orgasmo están próximos y la cosa queda acotada a un puntual y corto periodo de tiempo. En cambio, con el control de castidad, esa estructura del placer desaparece y se genera una incertidumbre de horas o incluso días. Ese orgasmo se va volviendo en algo más y más deseado, pero dentro del juego de la fantasía sabemos que no pasará o no estará al alcance de nuestra voluntad.
  Mis orgasmos están asegurados, pero serán cuando Lady Eros lo decida y de la forma que ella lo decida. Supongo que ahí radica el mayor placer y sabor de la dominación. Pero en contradicción con este planteo, he leído que los deseos del orgasmo van disminuyendo con el correr del tiempo. Por lo que hay una delicada línea de tiempo a tener en cuenta para sacarle el máximo provecho a esta práctica.
  He de reconocer y muchos hombres coincidirán conmigo; en que al mismo momento que se produce la eyaculación y por el medio que fuere, se nos hace muy cuesta arriba seguir manteniendo ese buen clima. Por más que uno aplique caricias, masajes o besos, se produce un vacío y una caída. Mi Reina asegura que eso se debe a lo primitivo que somos los hombres en cuanto a placeres y que esta práctica la ayudará en marcar una evolución en mí.
  No voy negar que la sola propuesta me resulta muy desafiante y excitante, mucho más aún sabiendo que es Lady Eros quien está detrás del plan. Estoy más que seguro que habrán momentos de mucha excitación y que por supuesto inmediatamente después vendrán las frustraciones y ahí la satisfacción de satisfacer su lado perverso.
  Mi único temor siendo tan activo con ella, es caer en pozos de estrés o ansiedad y que eso pueda despertar malas reacciones que afecten la buena convivencia. Ambos estaremos aprendiendo y descubriendo nuevas facetas del placer, viviendo nuestros de juegos de rol dentro del mundo FemDom y sus fantasías tanto como nos sea posible. Anticipo que como pocas veces nuestro placer estará tan conectado, porque no será su o mi placer, sino que ambos estaremos ansiosos por vivir al máximo ese momento tan esperado. El éxito y el simbolismo de ese momento dependerá de ambos trabajando en conjunto. La entrega del cuerpo es algo muy simbólico e indica la pertenencia mental que tengo para con Mi Reina. Con solo ceder mi cuerpo y ya no poder hacer más uso del mismo estoy demostrando un gran deseo de obedecer y de pertenecer bajo su control.
  El que esté impedido de eyacular seguramente hará que esté más obediente, atento y ofrecido a estar controlado. Eso para quienes apostamos a una relación FemDom es algo bueno y el gran objetivo a conseguir a largo plazo.