Creo que este será
para mí uno de los post más difíciles de escribir, porque trataré de
reflejar lo que realmente soy y cómo me siento luego de un divorcio. El haberme
convertido en un esclavo desterrado de los dominios de Mi Reina. Donde a pesar de amarla,
extrañarla y necesitarla con todo mi corazón; debo aceptar la realidad de cada día, que al momento de acostarme la realidad me demuestra que
debo hacerlo solo. Porque no hay nadie con quien compartir la cama, no hay
nadie para abrazar, abrigar, o cuidar. Ya no estoy al lado de esa mujer que me
hacía sentir vivo, que me hacía volar alto y darle un sentido o un propósito a
cada instante de mis días.
Dudo que haya un
dolor más fuerte que el que produce la soledad y no había felicidad más grande,
que el amar y servir a Mi Reina.
No hay culpas, no
hay responsables, quizás hayan habido causas o circunstancias, que motivaron
acciones, esas acciones generaron consecuencias y esas consecuencias derivaron en
el tener que separar nuestros caminos.
Estoy en condiciones
de afirmar que los dos fuimos creados el uno para el otro. Y ahora ser felices
solos, o junto a otras personas no será algo que suceda de la noche a la mañana.
Pero uno tiene que estar preparado para estos cambios inesperados que nos da la
vida. Debemos convertirnos en otra persona, atesorar profundamente todo lo
vivido, dar las gracias a esa persona por habernos acompañado en una parte del
viaje y con lo poco que nos queda de fuerzas, seguir adelante. Solos esta parte del camino,
quizás en poco tiempo, junto a otra persona.
Quiero
transmitir que si este vacío y este dolor emocional que siento en estos
momentos pudiera ser comparado; es mucho más doloroso que el de todas
nuestras sesiones de FemDom juntas. Curiosamente también le debería estar
agradecido a Mi Reina por este dolor, porque supongo que todas estas cosas y sentimientos que nos
tocan vivir, a ambos nos tiene que dejar una gran enseñanza y preparación para
el futuro. Porque si algo se aprende siendo sumiso, es que en el dolor no sólo
está el placer, sino también la luz. Y en esa luz hay entendimiento, hay amor. Entonces,
si tengo dolor por esta separación, es porque me queda mucho amor y siempre
sufre quien más amó.
Pero esta noche
larga se terminará y cada fibra de mi ser sabe que no pasará mucho tiempo sin
que caiga bajo los encantos de otra mujer, otra mujer que me pondrá su collar y
será “Mi Nueva Reina". Eso no me convierte en un infiel, porque ya estoy
terminando mi duelo y en definitiva fue el último mandato que recibí de Mi Reina. El de buscar otra compañera a quien complacer y hacer feliz.
El desafío no es
fácil, una relación de confianza mutua no se construye de un día para el otro.
Para mí el solo hecho de intimar ya supone un gran reto, cuanto más lejos está
volver a llegar las alturas donde me encontraba. De llegar nuevamente al punto
donde sexualmente mi cuerpo y mi mente se logren separar en una sesión intensa
de amor, sexo, placer y lujuria. Donde los límites vuelvan a ser probados,
donde la fantasía invente mecanismos para probar la resistencia física y
psíquica.
Todo eso Mi Reina lo hacía muy bien, la angustia está en saber si recibiré nuevamente ese
regalo extraordinario de ser aceptado por otra mujer, que resulte ser el Ama y
la Dominante perfecta para mí. Donde nuestros placeres coincidan o mejor aun,
sea capaz de llevarme a los límites que nunca antes hubiera imaginado.
Sé que suena contradictorio
que para volver a sentirme liberado en este momento de plena libertad, yo esté deseando
someterme a los encantamientos de una nueva Ama. Es una locura, lo sé, pero necesito
llegar de nuevo a ese punto de iluminación y conocimiento profundo, a esa perfecta
compenetración entre Ama y sumiso, que se va consiguiendo sesión tras sesión y
si la Ama como guía conoce el mejor camino, por más largo y tortuoso que sea,
sin ninguna duda valdrá la pena.
Awww... QUE TRISTE!!!
ResponderEliminarGracias por leer el texto y dejar tu comentario.
EliminarBuen fin de semana y seguramente ya vendrán textos más felices.-