El escrito que voy a compartir a
continuación, es un pedido especial con la intención de llevar un poco de amor
y autoestima a todas aquellas mujeres que se consideran imperfectas. Cosa que
me cuesta aceptar desde lo personal, porque para mí todas son
perfectas y de no ser así, los seres humanos en general somos perfectibles. De
más está decir, que considero al FemDom como mi medio favorito para lograr esa
perfección.
Las mujeres imperfectas deben amar sus
cuerpos, sus lunas y sus cielos, con todas sus peculiaridades tesoros y
misterios.
Las mujeres imperfectas deben mostrar con
orgullo y honor las arrugas como así también sus cicatrices, porque esas son
las marcas que les recuerdan que fueron, son y serán más fuertes que el dolor.
Las mujeres imperfectas se atreven a soñar en
voz alta y avanzan al mismo paso en todas las esferas de la sociedad moderna, creando así un lienzo
nuevo donde se aprecian todos los colores posibles.
Las mujeres imperfectas reconocen y aprenden
de sus errores.
Las mujeres imperfectas respetan y aceptan toda
forma de vida, porque en general las mujeres saben lo que es dar vida y por eso la respetan y buscan justicia por la suya.
Las mujeres imperfectas tienen arraigados sus pies a la madre tierra y así se nutren de la energía de sus ancestras quienes sufrieron periodos de sometimiento y oscuridad.
Las mujeres imperfectas tienen arraigados sus pies a la madre tierra y así se nutren de la energía de sus ancestras quienes sufrieron periodos de sometimiento y oscuridad.
Las mujeres imperfectas deben gozar
plenamente de su sexualidad y sentirse dueñas de sus cuerpos y de sus vidas en
todo momento.
Las mujeres imperfectas deberían elegir como
compañeros a los hombres imperfectos, hombres sensibles, amorosos y despiertos,
que van a caminar al mismo paso y por el mismo sendero.
Las mujeres imperfectas tienen que sentir la menstruación como un don que las convierte en dadoras de vida, un portal entre dos mundos. Esa sangre no es basura, sino que es algo sagrado que forma parte de la alquimia de la vida, un don que le fue dado a Eva y por ella transmitida generación, tras generación.
Las mujeres imperfectas tienen que sentir la menstruación como un don que las convierte en dadoras de vida, un portal entre dos mundos. Esa sangre no es basura, sino que es algo sagrado que forma parte de la alquimia de la vida, un don que le fue dado a Eva y por ella transmitida generación, tras generación.
Las mujeres imperfectas hoy deben levantar la
voz por la femineidad, para que no vuela a ser muda nunca más. Deben clamar por
justicia y por los sueños que aun en la actualidad se siguen mutilando por regímenes
tiranos o por causas religiosas.
Las mujeres imperfectas tienen que caminar
por las calles sin temor alguno y con total libertad buscar aquello que las
complazca. La gente que las rodea, debe saber lo que están buscando y nunca
deben perder la esperanza de encontrarlo.
Las mujeres imperfectas serán increíblemente perfectas
cuando se atrevan a ser quienes quieran ser y nunca se olviden que la felicidad
no es algo externo, sino que está adentro de cada uno de nosotros.
Las mujeres imperfectas deben ser libres, si esa
condición no se cumple, lo demás no importa nada.
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