Quizás la primera
parte es un poco light, porque a pesar de mi corta experiencia en el FemDom
creo haber llegado a ver y vivir personalmente cositas más fuertes. Pero
entiendo que David López quiso no apostar todas las fichas en este primer
lanzamiento.
Ayer comencé a leer
la segunda parte y la cosa parece un poco más de condimentada, pero siguiendo
perfectamente la tónica de la primera parte.
Para ver si logro entusiasmarlos
un poco más para que lo adquieran y lo sumen a su biblioteca, les voy a
compartir el delicioso prólogo que le dedicó Dómina Isthar y al final
encontraran el acceso a su sitio Web para quienes los quieran visitar.
Desnudo mi alma para
que puedas comprender el sentimiento, profundo y sincero, de mí como Ama.
Nada es comparable a
la satisfacción que me proporciona tener en mis manos a un hombre, desnudo,
vulnerable, nervioso y entregado, dispuesto a ser utilizado de mil formas
distintas. El grado de poder que se me otorga, que me otorga el sumiso, es tan
grande como la responsabilidad que tengo hacia ese cuerpo y esa mente, con lo
cual no es nada sencillo mi papel.
Como siempre digo,
todo aquello que no resulta fácil de realizar y que finaliza con grandes
éxitos, aportan doble placer y a su vez total satisfacción.
Siento profundo y
sincero amor por mis sumisos, porque me hacen vivir en constante equilibrio, me
satisfacen y me completan. Vivir en un constante placer mental es conocer el
éxtasis y yo puedo decir que hoy vivo en constante éxtasis con lo cual solo
puedo transmitirlo.
Estoy segura, que de
yo ser una mujer llena de inseguridades, de ira, de falta de personalidad,
enfadada con el mundo (hablo dejando de lado las miles de cosas que me
enfurecen porque las considero injustas) y abocara todo ello en el juego,
simplemente, porque en mi rol puedo hacerlo, el resultado sería nefasto,
caótico y frustrante.
El día que no estoy
bien, porque soy persona, no juego. Lo que se hace y el cómo se hace, es el
resultado que se obtiene, con lo cual estaría alimentando mi parte negativa y,
al mismo tiempo, volcando injustamente ese sentimiento hacia otra persona.
Odio las injusticias
y odio a quien se sirve de un juego tan serio como éste, ya que hablamos de
utilizar cuerpos y mentes, para soltar su ira, para ocultar sus carencias, y
para sentirse aquello que fuera de este mundo jamás podrían ser.
Resumo que el
equilibrio emocional y mental en la parte dominante, en un juego D/s, es la
base para poder “sentir” disfrutar y jugar de forma sana y segura.
Sumisión masculina
Durante todo el
tiempo, el suficiente que llevo ejerciendo como Dómina, de forma vocacional,
tanto profesionalmente como por puro placer y diversión, y he podido constatar
que hay mayor número de hombres que SIENTEN la sumisión que mujeres, aunque
parezca distinto en la realidad. Esta afirmación no debe o no debería hacer que
nadie se pusiera las manos en la cabeza a modo de extrañeza, espanto o
incredulidad (bueno sí, quizá los que son incapaces de ver más allá de su
propia sombra y piensan que el sentimiento sumiso en un hombre es un problema
de inseguridad, y no precisamente una virtud o un sentimiento necesario tan
válido como cualquier otro).
El problema es éste.
En este mundo, todavía machista, retrógrado, conservador y falso, tiende a
querer imponer, sí a imponer, aunque de forma maquillada, bajo el manto de una
sociedad permisiva y moderna y nos ha inculcado que un hombre pierde toda su
hombría (aún no comprendo bien el por qué de ese término) si se deja dominar,
llevar, mandar, someter, servir, humillar, etc., por una mujer.
Aún percibo ese
temor en las llamadas que recibo, vivo y disfruto ese miedo que siento cuando
me hablan, el necesitar un silencio absoluto para poder entender qué quieren
decirme, ante sus voces temblorosas. En su mente, además de temor, retumban
golpeando en su cerebro varias incontestables preguntas, que casi nunca formulan:
“¿Estaré enfermo o loco?, ¿Soy raro?” Pues quiero contestarlas y decir que si
tener fantasías, si dejarse llevar por lo que uno siente y quiere, si querer
encontrar esa parte de uno que le completa, si querer ir a contracorriente, si
buscar y obtener la libertad mental y física, si olvidarse de lo que se debe
ser y se debe pensar es ser raro o estar mal de la cabeza, vais a permitirme
deciros que entonces… ¡SÍ, COMPLETAMENTE! Pero también digo que para definir
una rareza debe compararse con algo que no lo es y mi gran cuestión es, ¿quién
y cómo se define lo que es normal? ¿Seguir lo que dicta la sociedad pero no es
ni tan siquiera cuestionable seguir un camino propio y descubrirse? Muy bien y
ahora que alguien me cuestione que esa sociedad “normal”, repleta de falsedad,
egoísmo, mentiras y engaños no es una verdadera locura… ¿Quién es raro? Seguir
por este camino sería interminable pero ahí lo dejo para su reflexión.
Sentencio, porque lo he vivido, que completarse y vivir la dualidad humana, es
sentirse libre y realizado, siempre que esa búsqueda y ese camino nunca pise al
que tengamos al lado, sea quien sea. Este escrito no pretende convencer a
nadie, solo hacer reflexionar y dejar claro que cualquier paso que damos, si lo
hacemos de forma consciente y siendo consecuentes nos ofrecerá muchas
oportunidades y nos ayudará a conocernos y sentirnos plenos.
Maravilloso ¿No?
Pues aquí lo dejo hoy sin esperar juicios ni opiniones. Yo respeto, quizá no
comparta, pero respeto y exijo lo mismo para conmigo, siempre y en todo
momento.
Dómina Ishtar
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