Hace mucho que no escribo en el Blog, será porque tengo emociones mezcladas entre lo que siento, lo que deseo, lo que fantaseo y lo que realmente tengo en mi presente. Un presente que no hace mucho tiempo atrás era solo parte de un sueño y que a medias hoy se convirtió en realidad. Pero por eso que no debo ser ingrato y cada vez que puedo le doy las gracias a todas esas personas que me ayudaron y me ayudan diariamente a concretar cada objetivo al que apunto.
Pero muy desgraciadamente en mi país hay
mujeres que ya no pueden soñar nunca más. Mujeres que son salvajemente
asesinadas casi a diario, porque las estadísticas oficiales hablan que los
femicidios en Argentina aumentaron de una víctima cada 30 horas en el 2016 a tener una
víctima cada 26 horas en lo que va del 2017.
Siendo este mi espacio dedicado
exclusivamente a empoderar lo femenino, siento que los femicidios son una razón
más que valedera para que vuelva a escribir, levantar mi voz y descargar mi bronca ante tales
atrocidades; rogando a los cielos por “Justicia” y que pueda hacerse realidad el
“Ni una menos”.
Las crónicas que leo y escucho estos últimos
días desde Argentina están en su mayoría repletas de sangre y muerte. Con una
violencia de género cargada de odio donde cuesta aceptar que sean noticias
reales ya que más bien parecen relatos de una ficticia novela de horror.
Solo para citar las últimas víctimas de las
que tengo conocimiento, hablo de Denise, Sabrina, Magalí y Némesis. Donde la
más chica tiene solamente 15 años y la más grande 17. Sí, hablamos de nenas, de
mujeres adolescentes que tenían toda una vida por delante hasta que un Malparido
(mis disculpas a la madre), se les apareció con una pistola 9 milímetros y
descargó 18 balazos sobre ellas mientras esperaban el colectivo a
la salida de un boliche en Florencio Varela. Denise y Sabrina murieron acribilladas
en el acto, Magalí y Némesis están internadas en grave estado luchando por su
vida.
Un albañil de Moreno acuchilló a su mujer
llamada Nancy y secuestró luego a su hija Mía. Por suerte gracias al accionar
de las Fuerzas de Seguridad ya recuperaron la nena y el criminal está preso a
disposición de la Justicia.
Hace poco más de una semana apenas en la
localidad de Hurlingham, otro cobarde asesino llamado Diego Loscalzo, asesinó primero
a Romina, su pareja y después mató a su cuñada y cuñado, a su suegra y
concuñado y en el grado máximo de su salvajismo sanguinario le metió un tiro a
la concuñada que estaba realizando trabajo de parto para dar a luz. El
proyectil mató a ese bebe que estaba punto de salir de la panza.
Hay hechos tenebrosos e infrahumanos como el
de un padre de 16 años que mató a palazos y patadas a su bebita de un año y
medio porque le había tirado el teléfono celular al suelo. Dicen los
periodistas que era conmovedor ver a los médicos que lloraban sin parar frente
a ese cuerpito que era un gran hematoma. Otro incalificable mató a martillazos
en la cabeza a Ramona, mujer con la que había convivido 15 años. También está
el caso de la joven santafesina que fue quemada por su pareja y tiene ardido el
35% de su cuerpo y también está peleando por su vida.
Leer y escuchar los detalles del horror eriza
la piel y debería pedir perdón si sonó crudo lo que escribí a pesar de haber
tratado de disimular los más horribles de cada crónica. Y en lo personal no me
entra en la cabeza que un animal (con el debido respeto a los mismos) pero no
puedo llamar hombre o ser humano a quienes cometen semejantes aberraciones
contra una mujer.
Me revuelve las tripas que en el año 2017
tengamos que seguir soportando el sometimiento a la servidumbre o la
denigración de la mujer. La cosificación de las personas o el poseer a alguien
mediante la fuerza de un puñetazo es intolerante. Hay que ser una bestia para
matar a alguien que supuestamente dicen amar. Me pregunto: ¿Que está pasando en
Argentina? ¿En qué nivel salvajismo y cobardía está mi país? Y lo relatado son
los casos que fueron públicos, pero ¿Cuántas otras mujeres estarán viviendo un
calvario similar? ¿Cuántos otros casos por día habrá de malos tratos, de golpes
brutales, de trata de blancas o incluso hasta violencia contra las madres o
abuelas?
Quizás mucho se estén preguntando si hay un
doble discurso en lo que escribo, o si soy un hipócrita siendo que en varios
casos propuse el BDSM como juego de rol para la pareja y obviamente bajo el
mando de una mujer. Pero mi propuesta es una fantasía, un juego de roles
acordado entre ambas partes, donde todo, absolutamente todo debería ser seguro
y consensuado. De no ser así, deja de ser un juego de roles y una fantasía de
pareja para convertirse en algo perverso, o peor aún, algo criminal. Donde la
voluntad del hombre es la única que importa, y es la que se impone, ya sea por
ser la única fuente de sustento del hogar, por tradiciones o costumbres
machistas, por la propia diferencia de fuerzas, o por los hijos (por citar los
casos más comunes).
Quienes están al frente de los Organismos de
Violencia de Género reconocen recibir un promedio de 55 denuncias diarias en el
país. Especialistas reconocen que en la mayoría de los casos los energúmenos
para someter a sus víctimas operan todos de la misma manera repugnante y
horrorosa siguiendo el siguiente patrón criminal: primero los gritos hasta que
logran quebrantar toda resistencia en la mujer y dejan de ser compañeros
afectuosos, para pasar a ser sus propietarios. En ese segundo nivel de
relación, cualquier situación que no sea del agrado del hombre o si se dan
intentos de cortar con el vínculo, ahí empiezan los golpes, y todo tipo de humillaciones
que provocan un pánico paralizante en sus víctimas.
La violencia de género es algo que debería
afectarnos a todos y por el momento la mejor arma con la que se cuenta es la
prevención. Esto mientras se va produciendo un cambio global en la forma de ver
las relaciones entre mujeres y hombres, un cuestionamiento de los roles
sociales y estereotipos, del lenguaje, etc. Creo que en ese sentido algún granito
de arena estoy aportando en este Blog y por supuesto que esos cambios se deben
producir primero en las personas adultas fundamentalmente con el objetivo de
que se transmitan eficazmente a las generaciones venideras.
Hay que saber detectar a tiempo las
manipulaciones, las aproximaciones no solicitadas, desconfiar de las promesas
que no tienen sentido en un cualquier momento de la relación y sobre todo tener
claro que decir “NO” a algo, es no y eso no debería ser negociable bajo ninguna circunstancia.
Hay que tomar cierta distancia o cautela con aquellas personas que tratan de
hacerte sentir que se les debe algo.
Especialistas afirman que confiar en la
intuición femenina es muy importante para prevenir cualquier situación no
deseada. Prestar mucha atención a las sensaciones, conocer las ideas sexistas
del otro, tratar de indagar cómo fueron las relaciones anteriores y quien la
terminó si él o ella, cómo habla de sus ex parejas. Hay que hacer valer las
propias ideas del amor y la pareja desde el primer momento y del papel o los
roles que la mujer quiere ocupar en la relación y tener mucho cuidado de lo que
se está a punto de renunciar por amor – sea un trabajo, una carrera, el alejamiento de la
familia, un cambio del lugar de residencia, etc. – lo que sea que asegure un grado mínimo de libertad o
independencia frente al hombre.
Creo que llegados ya a este punto, me siento
mejor con mi conciencia, desahogué mi bronca, compartí la información y algunas
formas de prevención; por lo que ahora quienes hayan leído esta publicación deberán
hacerse cargo de la responsabilidad que les compete y no podrán argumentar a
futuro como defensa que no lo sabían, porque para que no haya “ni una menos”, todos
nosotros deberíamos “hacer algo más”.
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