Es una pregunta que me la hice varias veces desde
que comencé a transitar los caminos D/s (Dominación / sumisión) y en base a mis
humildes experiencias dentro del FemDom, trataré de dar la mejor respuesta posible
a esta pregunta. Ojalá que las conclusiones a las que pueda llegar, satisfagan
o faciliten el panorama de los demás que tengan dudas en ese mismo sentido.
El FemDom tiene como razón, argumentar roles
y poder dentro de la pareja. Partiendo previamente de la premisa SSC – Sano o
Sensato, Seguro y Consensuado – cada pareja deberá adecuar esos roles y poderes
a su propia búsqueda y conveniencia.
Mucho escribí sobre lo paradójico que resulta
en una relación D/s la cuestión de los límites, siendo el cumplimiento de los
mismos la regla fundamental a cumplir durante la sesión o la convivencia, según
sea el caso. Casualmente por esos límites particulares que la pareja establece,
desde algunas corrientes del psicoanálisis se las califica como perversiones,
porque se niega lo que La Ley establece como normal o permitido para las
prácticas sexuales, para correrlos y crear sus propios límites.
Por
suerte para nosotros, existen varios planteamientos postmodernos que se
refieren al BDSM en general, como un mundo de posibilidades, una cultura sexual
creativa e innovadora, donde se encuentran infinitas formas alternativas de conseguir
placer sexual, muchas veces apartando las prácticas sexuales convencionales,
entre las cuales se encuentra el coito precisamente. El uso de prótesis ha liberado a las
personas de las limitaciones de la anatomía, quitándole al pene su exclusividad.
Los que optamos por transitar por el camino
del BDSM o el FemDom, lo hacemos con la intención de buscar lo que no
conocemos, lo que no está en la práctica vainilla del sexo convencional. Uno ve a la
sociedad en general aferrada o adicta a la comodidad y la seguridad, tienen
temor de ser víctimas del miedo o el pánico. El querer vivir así, suena lógico,
pero en mi opinión adormece a las personas.
Como adicto que soy a juegos en PC (sobre juegos de rol y simuladores), en varios de ellos me he topado con historias
donde la sociedad se aferró tanto a la seguridad, que perdió por completo su
libertad, cayendo víctima de regímenes tiranos y totalitarios que establecen para
todo el mundo su propio SSC y entonces uno se convierte en un antihéroe que debe liberarlos del mal.
Teniendo la posibilidad personal de poder
comparar dos países y dos culturas completamente diferentes, puedo asegurar que
hay poblaciones que son muy diferentes unas de otras, pero en general todas son cambiantes y
superfluas. Donde los vínculos están muy debilitados, o muchos nos damos
la posibilidad de ser objeto sexual de otros de diferentes maneras. Los deseos
sexuales que antes solo se daban en el plano de la fantasía, hoy es perfectamente
posible vivirlo y actuarlos.
Yo mismo, esta mañana antes de desayunar me
puse a ver que nuevos juguetes para comprar con el solo propósito de satisfacernos
con Mi Reina. Todo está ahí, al alcance de nuestra mano, para cualquiera que
quiera vivirlo. Entonces me pregunto ¿Son nuestros deseos tan distintos? o lo que nos
diferencia uno de otros es el coraje de querer vivirlos ¿Qué tan diferentes somos o lo que hay hipocresía en los demás?
Sé que por naturaleza soy un rebelde y un
luchador para que la sexualidad pueda diversificarse, igual que lo hace la música,
por ejemplo: quiero algún día poder decir que soy un practicante del BDSM o del FemDom y que eso no tenga nada de malo, preverso o raro; sino que sea
equivalente a decir soy Cristiano o soy Agnóstico, ni más, ni menos. Quiero
vivir en una sociedad más tolerante con lo diferente.
Dentro de ese mismo respeto y tolerancia del
que hablo para con los demás, daré comienzo a la segunda parte de
mi respuesta y conclusión de si está bien o no ser rebelde. Pero esta vez
dentro de la pareja.
Me
considero sumiso, pero con carácter. Creo que ese carácter rebelde y pensante, es lo que a la
larga más le termina gustando a Mi Reina, porque le da la tranquilidad de saber que cuando algo no esté bien, uno dará señales de advertencia para detenernos a evaluar la situación. Por eso mismo, sea más apropiado decir que Mi Reina se ve beneficiada,
porque no hay otra intensión en mí, que mejorar y consolidar todo lo que fuera
posible nuestra relación. Aunque para ello, tengamos que pasar por procesos de negociación
y discusión por el bien de ambos. No dejo de ser sumiso por no callarme ante la
injustica, tampoco callaría socialmente para consentir lo que está fuera de razón
o no tiene debida justificación.
Puede que haya algunas Amas o Dóminas que desprecien
a sumisos así, porque piensan que estos no se ajustarán debidamente a sus
caprichos. Pero en cambio yo sabría admirar a la buena Ama que aprecie y sepa
llevar bien a un sumiso, valorando el gran potencial que hay en él.
Otro punto del que leído mucho y en el que
llevo la contra, es que las sumisas deben ser cogidas o folladas (para l@s amig@s
de España) en todo momento y de todas formas posibles y ellas deben estar siempre
predispuestas. Mientras que para los sumisos, lo es la castidad y la abstinencia.
No lo entiendo y personalmente no lo acepto, porque yo quiero gozar sirviendo a
Mi Reina, pero también la quiero gozar sexualmente hablando. De otra manera preferiría
servir a otra que mínimamente me de recompensas y alegrías. Tomaré palabras del
escritor argentino Cesar Fernández para reforzar lo que quiero decir: “Todo lo
que no se hace carne, se convierte en fantasma”.
No dejo de ser sumiso, si estoy reconociendo
en todo momento que necesito de alguien a mi lado para que me eduque, guíe,
enseñe, me acompañe a explorar y descubrir, etc. Sé que el precio por ello es
el servicio, la utilización, la humillación, la cosificación, etc., pero
indirectamente esas situaciones son positivas porque fortalecen el carácter, la
paciencia y la tolerancia.
Yo siempre le digo a Mi Reina que mi peor
enemigo está en mi mente, pero es algo que no se puede anular, ni desconectar.
Es más, me atrevería a afirmar que mi órgano sexual más importante es mi
cerebro y es ahí donde más se debe trabajar para mantenerme enamorado, luchador,
positivo y activo, productivo, excitado y servicial. De esa forma, el rebelde
en mí, estará apaciguado y tranquilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario