Luego de algunos meses de inactividad en el
Blog, vuelvo con alegría y digamos que con las energías renovadas. Todo esto
gracias a “Lady Eros”. Si bien ya llevamos un tiempo de conocernos, fue un poco
difícil volcarlo todo aquí en el Blog.
Ella me conoció y me descubrió gracias al
contenido acá publicado. Pero desde ese punto inicial, avanzar y consolidar
progresos en la relación llevó tiempo y largas horas de charlas por teléfono o
en encuentros personales, correos, mensajes y todo lo que estuvo a nuestro alcance para
conocernos y acordar las bases para escribir nuestro primer Contrato FemDom o de Sumisión.
Con el Contrato terminado y listo
para ser firmado; Mi Reina “Lady Eros”, tiene en mente para nuestra primera
vez, una Ceremonia Inicial o Ceremonia de Iniciación. En dicha ceremonia, yo deberé
entregarme libre y voluntariamente a quien ya es y lo será mucho más desde
entonces “La razón de mi vida”. Tengo plena conciencia que para ambos habrá un
cambio de estado muy importante. Ya acordamos las metas y los objetivos de
nuestras fantasías, como así también los de nuestra relación cotidiana. Todo
esto adecuado y explayado en nuestro Contrato de Sumisión.
Volviendo a lo que queremos vivir en la ceremonia
en sí, diré que está probado que la sumisión no es para nada una invención de
estos tiempos. El dolor y el sufrimiento son elementos cotidianos en la vida
humana. Es cierto que podemos en gran medida evitarlos. En parte es una
cuestión de elección el cómo queremos vivir. Para muchos el castigo y la
disciplina son una forma de amar, ya que se trata de transmitir una voluntad (positiva),
con la intención de verla germinar en la pareja, los hijos, el alumnado, los
empleados, el equipo deportivo o lo que fuera.
Para la ceremonia, sé que debo demostrar a “Mi
Reina Lady Eros”, que mi cuerpo y mi mente serán dedicados a Su voluntad. No me
estoy entregando a un ideal, un país o una religión, tampoco lo hago porque me
haya vendido por dinero. Todo eso lo haré, porque estoy convencido que es la forma más
elevada de entregarme a quien amo.
¿Cómo visualizo el
momento de mi entrega en esa ceremonia?
Acorde al mobiliario y el lugar que disponemos,
supongo que todo lo haremos en el dormitorio principal. Dormitorio que le
pertenecerá a Mi Reina a partir de la firma del Contrato (como así también todo
el resto de la vivienda). Preparé una mesa auxiliar con el documento listo para
la firma, quizás algunas velas (que serán lo único que ilumine la habitación). Habrá
también en esa mesa, un collar con una correa, pero no estarán unidos, quizás ponga
alguna toalla húmeda o algún tipo de fusta. También habrá algún consolador,
vendas para los ojos, cuerdas o esposas. Por si acaso, previamente prepararé ataduras
desde cada extremo de la cama.
Mi vestimenta será un slip que será del agrado de
Lady Eros para dicha ocasión. Conmigo solo llevaré una flor; para que quede claro y sin lugar a
dudas que estoy ofreciendo mi cuerpo en ese ritual.
Doy por descartado que de mi dependerán casi todos
los preparativos de la ceremonia. Incluso hasta pensé en la posibilidad de vestir
y asistir a Mi Señora en lo que ella pudiera demandar al momento de bañarse, vestirse, peinarse, etc.
Con sólo imaginar todas esas situaciones
mientras estoy escribiendo, siento como mi corazón late más fuerte, como si quisiera
hacerme saber que está muy vivo y anhelante de vivir al detalle todo lo que mis fantasías
imaginan.
Al iniciar la ceremonia supongo que estaré
sentado al centro de la mesa y en el suelo con los brazos caídos al costado del
cuerpo, mostrando las palmas a Mi Señora que estará a un costado mío o del otro
lado de la mesa.
Siendo yo el sumiso, supongo que lo ideal
sería que ella comience la ceremonia. Quizás después, sea yo quien deba leer la
totalidad del Contrato (que a la fecha consta de unas trece páginas). De estar
de acuerdo firmaremos, ofreceré mi flor, probablemente ella me regale un beso y
a continuación creo que ambos volveremos a las ubicaciones anteriores y más
o menos me imagino el siguiente dialogo:
Lady Eros: Mío, habiendo firmado
el Contrato de Sumisión estando plenamente libre y gozando de tu propia
voluntad quiero hacerte saber que estarás sometido como mi esclavo, mi siervo o
la condición que se me ocurra asignarte mientras el Contrato de Sumisión se
mantenga en vigencia ¿Aceptas cumplir con los roles que mi voluntad imponga?
Mío: (con la cabeza
gacha diré) Sí Mi Reina, lo acepto con gusto y daré lo mejor de mí por complacerla.
Lady Eros: Acorde a tus
palabras, prometes solemnemente que darás de ti cuanto yo demande. Sometiéndote
totalmente y sin trabas a mi disfrute mientras dure el Contrato.
Mío: Sí Mi Reina, me comprometo
a obedecerte inmediatamente, sin reserva y sin vacilación en lo que me pidas. Demostrando
mi agradecimiento, tratando de verme bien a tus ojos y gracioso a tus oídos.
En ese
momento imagino que Mi Reina se acercará a mí, levantará mi barbilla y dirá
algo así:
Lady
Eros: Desde este momento seré Tu Reina, Ama y Señora. Seré tu dueña y vos
mi esclavo. Tu cuerpo es mío, tu boca es mía, tu pene y tu culo son míos. Vas a
servir a mi voluntad, a mis palabras y a mi placer.
Mío: Sí Mi Reina, eres
mi dueña, soy tuyo, soy tu esclavo. Mi cuerpo a partir de este momento es tuyo,
mi boca es tuya, mi sexo es tuyo. Tu voluntad es la mía, tus palabras serán mis
órdenes y serviré a tu placer.
Terminada esa declaración verbal de nuestras
voluntades, no puedo imaginarme bien lo que ella hará exactamente. Pero sí visualizo
que tomará la flor que elegí; la contemplará por un rato, para
luego pasar destrozarla pétalo por pétalo y dejándolos caer frente a mis ojos
que tendrán la vista puesta en el suelo. Y entonces dirá algo parecido a esto:
Lady Eros: Mío, de la misma
forma que he hecho uso de esta flor a mi antojo, de la misma forma haré uso de
ti. Ahora quiero que te desnudes por completo y vuelvas a arrodillarte ante los
pies de tu Señora y con las manos unidas atrás y las piernas levemente separadas.
Será entonces el momento en que ella pondrá
mi primer collar.
Lady Eros: Mío, usarás este
collar siempre que te lo ordene.
Con mi ropa interior tapará mi boca y luego vendará
mis ojos
Lady Eros: Podrás hablar
cuando yo te lo permita, ahora quiero que me muestres de qué forma tu cuerpo se
dispondrá para mi placer.
Me imagino que en ese momento me inclinaré
hacia adelante y ella podrá disponer de mí como le plazca. Puede que quiera ponerme
un consolador por el ano, jugar con mi pene o testículos, no lo tengo claro todavía. Pero
sí me imagino que luego de eso, me querrá completamente postrado y estirado en
el piso. Panza arriba o panza abajo, no importa, porque estoy privado de la
vista, pero sí sentiré el talón de su bota clavarse en mí. Puede que hasta
reciba una lluvia, no lo sé y no me animo a arriesgar, porque Lady Eros estando
en esos niveles es algo impredecible, pero si tengo bien en claro que en el futuro ella no
querrá que acepte a otra Señora más que a ella y que solo a ella deberé rogar para
poder recibir lo que esté necesitando.
De equivocarme o hacer algo mal en la
Ceremonia de Iniciación, seguramente será el momento de recibir mi primera corrección
disciplinaria, como ser algunos chirlos o azotes. Pero si todo lo hago bien; pondrá la cadena al collar, quitará las vendas de mis ojos y el calzoncillo de
mi boca. Me llevará a la cama. Ahí seré inmovilizado o atado por primera vez y
entonces será Mi Reina quien decidirá si recibir o dar placer. Todo eso dependerá de cómo
lo haya hecho yo hasta ese momento.
Mis querid@s amig@s, así me imagino nuestra Ceremonia de
Iniciación. Ojalá tenga la oportunidad de vivirla muy pronto y si así se dieran
las cosas, prometo compartir la experiencia y juntos comprobaremos que tan
lejos o cerca estuve en esta visualización, sueño, fantasía, predicción o como
quieran llamarlo.
Gracias a tod@s por el tiempo dedicado en la
lectura y será hasta la próxima entrada.
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