Tan mía fue tu voz, al decir te quiero o un te necesito y convertirme en Lilith
Tan míos fueron tus brazos, al abrazarme y quitarme el frío de cada noche
Tan mías fueron tus manos, cuando serpenteaban la figura de todo mi cuerpo
Tan mías fueron tus piernas, al enrollarse con las mías para no soltarme al anochecer
Tan mía fue tu fuerza, cuando la puse a trabajar para satisfacerme
Tan mío fue tu cuerpo, al fundirse con el mío
Tan mío fue tu corazón, cuando me convertí en minera para extraerlo
Tan mío fue tu placer, al rendirte al pulido de mis caderas
Tan mías fueron tus necesidades, al beber y comer de mis propias manos
Tan mía fue tu debilidad, al quedar desmayado en mi regazo
Tan mío eres, que estás completamente al resguardo de mi ser
Tan mío serás, que no habra llave que pueda librarte de mi cautiverio.
Lady Eros
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