domingo, 16 de septiembre de 2018

Me considero un sumiso

  Del estimado Blog amigo “Ama Busca Sumiso Verdadero” (y según nos asegura Ama S “...Y lo encuentra”), me decidí a comprar uno de sus libros. Opté por el que lleva el título “Guía para ser un buen sumiso”. Lo hice en primer lugar para apoyarla en todo lo que hace por la comunidad FemDom y en segundo lugar para seguir sus consejos y lograr ser un mejor sumiso o esclavo para Mi Reina Lady Eros.
  Lo bien que hice, porque nunca se me ocurrió hacerme la pregunta de dónde me gustaría ubicarme dentro del FemDom. Y oh sorpresa, me encontré con que la opción de ser una persona kinky, no es sinónimo de ser sumiso. Sino que debemos optar por una u otra postura al momento de querer tener éxito en nuestra búsqueda.
  Veamos, un kinky o kinkster es aquella persona que tiene gustos sexuales por fuera de lo normal, es decir que busca involucrarse, ya sea de forma activa o pasiva, con comportamientos sexuales completamente inusuales para el común de la sociedad. Como, por ejemplo: el gusto de practicar diferentes clases de fetichismos, estar buscando placer mediante el dolor, ataduras, cueros, látex, etc. Un “kinkster” disfruta cuando consigue satisfacer sus deseos o fantasías por fuera del Mundo Vainilla. O sea, en el sexo alternativo. Más allá de esa experiencia, no se siente sumiso de ninguna mujer.
  Por el otro lado están los sumisos. Un buen sumiso (status al cual yo pertenezco y si no fuera así, espero llegar algún día realmente), siente que la plenitud está a través de satisfacer los deseos de ella. Obviamente queremos ser complacientes en el sexo y en todo lo demás que ella pueda demandar. En una palabra, sólo somos felices, si hacemos feliz a la mujer que nos da la oportunidad de adorarla y servirle.
  El extremo de la sumisión es ser esclavo. Hay quienes afirman conocer esclavos sin límites, que se prestan prácticamente a todo y no solo eso, sino que quieren vivir en una sesión BDSM de 24/7 permanente.
  Se cual sea nuestra elección, debemos ser honestos con nosotros mismos y con los demás. Seguramente que, si lo hacemos, será más fácil encontrar la pareja que mejor se adecué a nosotros, o, mejor dicho, nosotros a ellas.
  Ama S, en su libro nos hace un desafío a los sumisos, para que siendo sinceros con nosotros mismos demos la respuesta que mejor se ajusta a nuestro sentir o búsqueda. Imaginemos esta situación: Sí llegamos a estar al alcance de una mujer Dominante y esta nos dice: “Vas a hacer lo que yo te diga”. Nosotros como sumisos ¿Cómo reaccionamos?
  A) En el plano sexual te parece perfecto, fuera de ahí no nos prestamos a nada.
  B) En el plano sexual te parece perfecto, se puede llegar a ceder en algunas demandas siempre que se asegure algo de sexo fuera del mundo vainilla.
  C) Fuera del plano sexual nos atrae la idea, ya que sentimos algo de placer al obedecer.
  D) Nos atrae la idea dentro y fuera del plano sexual, nos libera el dejar en manos de ella los destinos de la relación, sin conectar todo con lo sexual.

  Acá mi respuesta, A y B quedan descartadas casi por completo. Con respecto al punto C, les contaré que, a comienzos de año, por razones de necesidad y resolver cuestiones que estaban pendientes de nuestro divorcio con mi Dómina anterior, estuve casi una semana con ella, le colaboré en su negocio casi que de la misma manera que lo hacía cuando estábamos casados. Los clientes y amigos al verme con ella ayudándola tal como lo hacía antes, se pensaban que habíamos vuelto a estar juntos y no, no era así. Ni siquiera un beso recibí por parte de ella como pago de mis servicios prestados. Durante esos días hablamos horas y horas, éramos dos buenos amigos y nada más, pero yo me sentía muy bien de estar ahí, de servirle nuevamente, de poder verla y cuidar un poco de ella, tal como lo hacía antes.
  Ya de regreso a mi ciudad, esta vez la despedida tuvo el sabor de ser definitiva y me quedó claro que debía buscar otra mujer a quien amar y servir, si quería ser realmente feliz dentro de una relación FemDom. Nada fue casual, se estaba cumpliendo con un plan perfecto creado por el gran arquitecto, o por el destino mismo.
  La mujer de mi vida si existe, finalmente la encontré, pero ella ahora está viviendo en otro país, en su país de origen. Un país donde el machismo y la fuerza de la religión son por demás evidentes, donde el feminismo o y mucho más el FemDom son una insignificante utopía. Por lo que su experiencia en ese sentido es casi nula, pero la falta de experiencia no la desacredita como Dómina, muy por el contrario, es tal su apetito y su necesidad de experimentar, todo aquello que para ella solamente existía o era posibles en sus fantasías; a veces expresados tibiamente en algunas poesías , al saber que su sociedad y su cultura van por otros carriles (un par de esas poesías ya fueron compartidas en este Blog). También sufrió maltratos y desprecios por mostrar o lucir su inigualable sensualidad y seductora belleza.
  Para mí es ella, tiene que ser ella, no puede haber nadie más con quien yo pueda encajar tan perfectamente. Sé que a esta altura es imposible asegurar nada, pero cada célula de mi ser sabe que es ella. Es así que me encuentro viviendo y cumpliendo desde hace varios meses con lo propuesto en el punto D. Por la distancia no estamos conectados ni física y ni tampoco sexualmente, pero estoy a sus servicios, ofreciéndome a ella en todo lo que está a mi alcance, soñando con el día de nuestro reencuentro y apostándolo todo, todo por un proyecto conjunto. Si bien la necesidad de verla, tocarla y olerla es muy grande, me conformo con solo saberme de su propiedad. Sé que esta distancia es algo temporario y que todo lo que haga por ella en el mientras tanto, a la larga dará sus frutos.
  Por todo lo escrito y lo vivido, yo me considero un sumiso. Obviamente que no está en mí ponerme la calificación, sino que sería ella, Lady Eros quien debiera decir si soy un Kinky o un sumiso hecho y derecho, con posibilidades incluso de ser un esclavo 24/7 si así las cosas lo permitieran.

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