Existen muchas mujeres, principalmente aquellas de mediana edad que todavía fueron víctimas de una educación patriarcal o esto quizás se de también en la actualidad en aquellas zonas alejadas de las grandes ciudades, donde las mujeres no tienen aún la misma consideración ni posibilidades que los varones.
En la gran mayoría, todos nosotros fuimos criados en un ambiente de igualdad de sexos, en la escuela ya tratamos los términos xenofobia, racismo como malas palabras y con más respeto y naturalidad las palabras homosexual, lesbiana o gay (mal que por ahí les pesa a muchos).
Se entiende que acá se puede producir para las mujeres el primer conflicto al entrar en el FemDom: superar la barrera de la igualdad de los sexos. Y a decir verdad mis estimad@s amig@s, desde este Blog vamos a pregonar y a defender la superioridad femenina. Por milenios los hombres estuvimos al frente y considero que las mujeres deberían tener su oportunidad.
Ahora bien en el FemDom como en cualquier otra practica de BDSM, es una actividad o un juego consensuado, donde las reglas y los límites no los impone nadie. Cada pareja o cada uno en plena libertad va marcando su velocidad o sus gustos particulares con cada sesión.
Sé que es difícil afirmar que no se hace daño, cuando en realidad es lo que se hace. Pero el mejor ejemplo que se me ocurre en estos momentos, es el de ir al gimnasio y hacer pesas; es una actividad física que muchos hacen con gusto, sin embargo los músculos son agredidos, pero todos sabemos que el cuerpo se va a acostumbrando a la ejercitación y cada día hay dos caminos, aumentar las repeticiones o agregar peso. Digamos que en el FemDom se podría pasar algo parecido.
Se puede arrancar de una manera suave, montando a tu hombre, poniendo vendas en los ojos, quizás unos chirlos en las nalgas, para después montarte sobre su cara y que sea él quien te de placer. Queda claro que no hay daño físico alguno con eso. Lo mismo se hace en el aspecto psicológico, por ejemplo: clasificando la ropa interior que querés que él use, la película para ver o el restaurante para cenar (se entiende que adecuado a la realidad económica de la pareja), que sea él quien prepare el desayuno o lave los trastos.
Cosas cotidianas como estas se les ocurriran muchas y repito que nadie sale lastimado con esto.
Si todo va bien, la imagen de la Dómina irá creciendo poco a poco y se ganará confianza, lo mismo pasa con la parte sumisa, y así con mucho dialógo, la relación FemDom se debería ir consolidando y el miedo de lastimar al compañero quedar borrado.
Bienvenidos a este rincón FemDom de Mi Reina “Lady Eros” y Mío (quien escribe). Humildemente pretendo desde aquí revalorar a la mujer y adorar con todo mi ser a la que finalmente me aceptó. La idea es compartir buena información, relatos propios, ajenos y lo necesario para ayudar a quienes deseen correr los límites de sus fantasías inclinándose por el camino del FemDom y el BDSM, pero siempre con la idea de ser guiados por una mujer. Se agradece tener mente abierta y respeto por los demás.
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