Domingo tarde noche, estoy tranquilo y creo
que están dadas las condiciones para que pueda dejarme llevar un rato por mis
fantasías. Accidentalmente di hace un rato con la foto de una persona inmovilizada (muy provocadora por cierto) y no pude ocultar mi envidia.
Así es que abrí el Blog y acá me tienen
escribiendo sobre una de las fantasías que más interés me despierta. Si bien lo
más común que viví fue la inmovilización o ataduras de mis extremidades, la momificación
como tal me quedó pendiente. Porque como se imaginarán y por cuestiones de
seguridad no es muy fácil de llevar a cabo entre dos personas solamente.
Lo que se busca en la momificación es la privación
total o parcial de los sentidos y a su vez una inmovilidad total. El cuerpo
entero del sumiso hay que envolverlo como si fuera una momia y se lo recuesta
en una superficie horizontal. Parece algo sencillo, pero para que la
experiencia sea satisfactoria se deben evitar todos los riesgos que sean innecesarios.
Como dije antes, el propósito de la fantasía
es privar al sumiso de los sentidos, como ser el gusto, el tacto, el oído, la
vista, aislándolo así de los estímulos exteriores. En ese estado la
concentración y la sensibilidad aumentan al máximo.
He leído que la privación sensorial, es decir
la restricción total o parcial de los sentidos se usa en algunos tratamientos
de medicina alternativa, por ejemplo, la terapia de flotación, que es un
tratamiento que utiliza la privación sensorial, dentro de un tanque o sala de
flotación, para actuar como alivio del dolor y la eliminación del estrés
fomentando además el pensamiento “con ambos hemisferios del cerebro”. Pero si
bien un período corto de privación sensorial puede relajar, la privación
prolongada en el tiempo de experiencias sensoriales puede provocar ansiedad.
Quienes vivieron esta experiencia de forma
libremente consensuada (claro está), reconocen que cuando se disipa el pánico
inicial, poco a poco la sensación de vacío se convierte en algo liberador y el
tiempo parece transcurrir más lento.
En Internet y más específicamente en sitios
de BDSM hay varias guías que explican las maneras de momificar. La más habitual,
sencilla y económica es la de usar film de cocina; es un material totalmente
transparente lo que permite cierta visibilidad del cuerpo. Luego vienen los
vendajes de paño, sábanas, usando luego cinta adhesiva. También se usa la cinta
sobre el cuerpo del sumiso vestido con alguna ropa bien ajustada
Se recomienda con los principiantes dejar
siempre la nariz y la boca libres para asegurar una correcta respiración. En
las primeras veces y para chequear que todo vaya bien el hablar con el sumiso
para tranquilizarlo ayuda bastante para que se controle a sí mismo. Aunque tome
más tiempo, lo mejor es empezar envolviendo los brazos, manos, piernas y torso
por separado, porque de esta manera se consigue mayor sensación de aislamiento.
Además la inmovilidad aumenta porque el plástico se adhiere entre sí al estar
en contacto. Después se pasa a envolver los hombros y el torso en dirección
hacia los pies. En cuanto a los brazos se los puede colocar de forma lateral al
cuerpo o cruzados sobre el pecho. Las demás posiciones no son recomendables. Es
ideal dejar los genitales o pezones al aire para poder tener luego un fácil acceso
a ellos.
La momificación no debe hacerse con rapidez,
más bien se debe disfrutar de cada etapa del proceso. La actuación o rol de la
Dómina mientras prepara a su sumiso en este momento ya tendría que estar a
pleno.
El tiempo de momificación para los iniciados
va entre los quince y treinta minutos. El viaje de vuelta a la realidad
requiere también considerar algunos puntos, como ser, el tiempo que los sentidos
necesitan para aclimatarse, ya que como dije anteriormente están magnificados.
El cambio de temperatura y la pérdida de líquido requiere tener una manta y una
bebida hidratante para reponer líquidos, electrolitos y sales
minerales.
Otras precauciones serán tener siempre a mano
una tijera sin punta. En el caso de que el sumiso llegara a entrar en pánico,
lo primero será descubrirle los ojos, hacerlo contar para atrás diez al uno para
que salga del shock inicial y recuperar la tranquilidad mientras se lo libera.
Otra cosa sumamente importante es no dejar nunca sola a una persona momificada.
Todo esto último no es para meter miedo, pero
nunca está demás considerar siempre la seguridad y la prevención, para que la
experiencia sea algo que sume y nunca nos reste placer o infunda miedo.
Gracias por la lectura y veré de compartirles
en otro momento más fantasías que podemos llevar a cabo en las prácticas FemDom
o BDSM en general.
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