miércoles, 15 de febrero de 2017

Basta de femicidios


  Hace mucho que no escribo en el Blog, será porque tengo emociones mezcladas entre lo que siento, lo que deseo, lo que fantaseo y lo que realmente tengo en mi presente. Un presente que no hace mucho tiempo atrás era solo parte de un sueño y que a medias hoy se convirtió en realidad. Pero por eso que no debo ser ingrato y cada vez que puedo le doy las gracias a todas esas personas que me ayudaron y me ayudan diariamente a concretar cada objetivo al que apunto.
  Pero muy desgraciadamente en mi país hay mujeres que ya no pueden soñar nunca más. Mujeres que son salvajemente asesinadas casi a diario, porque las estadísticas oficiales hablan que los femicidios en Argentina aumentaron de una víctima cada 30 horas en el 2016 a tener una víctima cada 26 horas en lo que va del 2017.
  Siendo este mi espacio dedicado exclusivamente a empoderar lo femenino, siento que los femicidios son una razón más que valedera para que vuelva a escribir, levantar mi voz y descargar mi bronca ante tales atrocidades; rogando a los cielos por “Justicia” y que pueda hacerse realidad el “Ni una menos”.
  Las crónicas que leo y escucho estos últimos días desde Argentina están en su mayoría repletas de sangre y muerte. Con una violencia de género cargada de odio donde cuesta aceptar que sean noticias reales ya que más bien parecen relatos de una ficticia novela de horror.
  Solo para citar las últimas víctimas de las que tengo conocimiento, hablo de Denise, Sabrina, Magalí y Némesis. Donde la más chica tiene solamente 15 años y la más grande 17. Sí, hablamos de nenas, de mujeres adolescentes que tenían toda una vida por delante hasta que un Malparido (mis disculpas a la madre), se les apareció con una pistola 9 milímetros y descargó 18 balazos sobre ellas mientras esperaban el colectivo a la salida de un boliche en Florencio Varela. Denise y Sabrina murieron acribilladas en el acto, Magalí y Némesis están internadas en grave estado luchando por su vida.
  Un albañil de Moreno acuchilló a su mujer llamada Nancy y secuestró luego a su hija Mía. Por suerte gracias al accionar de las Fuerzas de Seguridad ya recuperaron la nena y el criminal está preso a disposición de la Justicia.
  Hace poco más de una semana apenas en la localidad de Hurlingham, otro cobarde asesino llamado Diego Loscalzo, asesinó primero a Romina, su pareja y después mató a su cuñada y cuñado, a su suegra y concuñado y en el grado máximo de su salvajismo sanguinario le metió un tiro a la concuñada que estaba realizando trabajo de parto para dar a luz. El proyectil mató a ese bebe que estaba punto de salir de la panza.
  Hay hechos tenebrosos e infrahumanos como el de un padre de 16 años que mató a palazos y patadas a su bebita de un año y medio porque le había tirado el teléfono celular al suelo. Dicen los periodistas que era conmovedor ver a los médicos que lloraban sin parar frente a ese cuerpito que era un gran hematoma. Otro incalificable mató a martillazos en la cabeza a Ramona, mujer con la que había convivido 15 años. También está el caso de la joven santafesina que fue quemada por su pareja y tiene ardido el 35% de su cuerpo y también está peleando por su vida.
  Leer y escuchar los detalles del horror eriza la piel y debería pedir perdón si sonó crudo lo que escribí a pesar de haber tratado de disimular los más horribles de cada crónica. Y en lo personal no me entra en la cabeza que un animal (con el debido respeto a los mismos) pero no puedo llamar hombre o ser humano a quienes cometen semejantes aberraciones contra una mujer.
  Me revuelve las tripas que en el año 2017 tengamos que seguir soportando el sometimiento a la servidumbre o la denigración de la mujer. La cosificación de las personas o el poseer a alguien mediante la fuerza de un puñetazo es intolerante. Hay que ser una bestia para matar a alguien que supuestamente dicen amar. Me pregunto: ¿Que está pasando en Argentina? ¿En qué nivel salvajismo y cobardía está mi país? Y lo relatado son los casos que fueron públicos, pero ¿Cuántas otras mujeres estarán viviendo un calvario similar? ¿Cuántos otros casos por día habrá de malos tratos, de golpes brutales, de trata de blancas o incluso hasta violencia contra las madres o abuelas?
  Quizás mucho se estén preguntando si hay un doble discurso en lo que escribo, o si soy un hipócrita siendo que en varios casos propuse el BDSM como juego de rol para la pareja y obviamente bajo el mando de una mujer. Pero mi propuesta es una fantasía, un juego de roles acordado entre ambas partes, donde todo, absolutamente todo debería ser seguro y consensuado. De no ser así, deja de ser un juego de roles y una fantasía de pareja para convertirse en algo perverso, o peor aún, algo criminal. Donde la voluntad del hombre es la única que importa, y es la que se impone, ya sea por ser la única fuente de sustento del hogar, por tradiciones o costumbres machistas, por la propia diferencia de fuerzas, o por los hijos (por citar los casos más comunes).
  Quienes están al frente de los Organismos de Violencia de Género reconocen recibir un promedio de 55 denuncias diarias en el país. Especialistas reconocen que en la mayoría de los casos los energúmenos para someter a sus víctimas operan todos de la misma manera repugnante y horrorosa siguiendo el siguiente patrón criminal: primero los gritos hasta que logran quebrantar toda resistencia en la mujer y dejan de ser compañeros afectuosos, para pasar a ser sus propietarios. En ese segundo nivel de relación, cualquier situación que no sea del agrado del hombre o si se dan intentos de cortar con el vínculo, ahí empiezan los golpes, y todo tipo de humillaciones que provocan un pánico paralizante en sus víctimas.
  La violencia de género es algo que debería afectarnos a todos y por el momento la mejor arma con la que se cuenta es la prevención. Esto mientras se va produciendo un cambio global en la forma de ver las relaciones entre mujeres y hombres, un cuestionamiento de los roles sociales y estereotipos, del lenguaje, etc. Creo que en ese sentido algún granito de arena estoy aportando en este Blog y por supuesto que esos cambios se deben producir primero en las personas adultas fundamentalmente con el objetivo de que se transmitan eficazmente a las generaciones venideras.
  Hay que saber detectar a tiempo las manipulaciones, las aproximaciones no solicitadas, desconfiar de las promesas que no tienen sentido en un cualquier momento de la relación y sobre todo tener claro que decir “NO” a algo, es no y eso no debería ser negociable bajo ninguna circunstancia. Hay que tomar cierta distancia o cautela con aquellas personas que tratan de hacerte sentir que se les debe algo.
  Especialistas afirman que confiar en la intuición femenina es muy importante para prevenir cualquier situación no deseada. Prestar mucha atención a las sensaciones, conocer las ideas sexistas del otro, tratar de indagar cómo fueron las relaciones anteriores y quien la terminó si él o ella, cómo habla de sus ex parejas. Hay que hacer valer las propias ideas del amor y la pareja desde el primer momento y del papel o los roles que la mujer quiere ocupar en la relación y tener mucho cuidado de lo que se está a punto de renunciar por amor – sea un trabajo, una carrera, el alejamiento de la familia, un cambio del lugar de residencia, etc. – lo que sea que asegure un grado mínimo de libertad o independencia frente al hombre.
  Creo que llegados ya a este punto, me siento mejor con mi conciencia, desahogué mi bronca, compartí la información y algunas formas de prevención; por lo que ahora quienes hayan leído esta publicación deberán hacerse cargo de la responsabilidad que les compete y no podrán argumentar a futuro como defensa que no lo sabían, porque para que no haya “ni una menos”, todos nosotros deberíamos “hacer algo más”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario