viernes, 2 de mayo de 2014

Una esposa dominante y una guía de cómo lograrlo



  Hace poco descubrí un sitio excelente en Internet llamado “Dominación Femenina.org” y personalmente hasta la fecha, lo calificaría como uno de los mejores que he visto. De ese sitio y para todos aquellos que tengan interés en el FemDom. En una de sus últimas publicaciones con fecha 2 de abril de 2014 la Sra. Luz Carime Vargas hizo la siguiente publicación que no tiene ningún desperdicio:

  Mi nombre es Luz Carime Vargas, tengo 52 años y soy de Cali, Colombia. Hace 11 años estuve separada de mi esposo, que tiene 7 años más que yo, por poco más de 1 año, porque él era muy celoso y trataba de controlarme.
  Estoy escribiendo este artículo para todas aquellas mujeres que, como yo en ese entonces, quieran asentarse más firmemente como las Reinas de sus hogares luego de que sus esposos aceptaran convertirse en sus esclavos.
  Después de 10 meses de separación, él me empezó a rogar que aceptara que nos volviéramos a juntar. Al final ofreció que si aceptaba yo sería la jefa indiscutida del hogar. Me dijo que nunca más preguntaría a dónde había estado, ni con quién, ni trataría de controlarme en ninguna forma. Como no lo acepté, a los pocos días volvió con otra oferta: si lo aceptaba no solo no me volvería a tratar de controlar sino que me cedería toda la autoridad en la casa y en adelante obedecería todas mis órdenes y me serviría en lo que quisiera.
  Luego de pensarlo un poco, le respondí que lo aceptaría, si es que además de reconocerme como la jefa del hogar, tratarme con el respeto debido, obedecerme y servirme, estaba dispuesto a ser mi esclavo en todo. Aceptó de inmediato, y a partir de ese día hemos ido avanzando por ese camino hasta que hemos llegado al punto en que verdaderamente puedo decir que yo soy la Reina de la casa y él es mi esclavo.
  Al principio, cuando nos volvimos a juntar, no hubo grandes cambios excepto que dejó de tratar de controlarme y se volvió muy atento en la cama. Antes él se había concentrado solamente en su propia satisfacción sexual, pero desde que nos volvimos a juntar se esforzaba por darme placer aun cuando al hacerlo él no obtuviera ninguno.

Mi interés por la Dominación Femenina
  Yo me interesé por el tema de la dominación femenina y fui investigando sobre ello en Internet, de manera que con los años me volví una experta.
  • Lo primero que la nueva Reina debe recordar es que la sumisión de su esposo viene del amor. Quiere hacerla feliz porque la quiere profundamente, pero no tiene forma de saber cómo hacerlo si ella no le enseña.
  • Lo segundo es que enseñarle no será suficiente. Él necesita que su Reina lo entrene, porque ser esclavo es difícil y hasta el esposo más enamorado y bien intencionado será un mal esclavo, a menos que su Reina invierta tiempo y esfuerzo en entrenarlo.
  Entrenarlo significa cambiar su mentalidad, de la de un esposo tradicional, a la de un esclavo. El primer paso, ya lo tomó él al pedir que su esposa sea su Reina y someterse a su autoridad, y en los siguientes los debe tomar ella, usando su autoridad para moldearlo y convertirlo en el esposo perfecto para ella.

La estructura es la clave del éxito cuando se trata de entrenar
  Debes condicionar a tu esposo para que haga ciertas cosas sin que tú tengas que decírselo. También debe llegar a convencerse, de que desobedecerte o desagradarte tendría consecuencias muy serias para él. Él tratará de evitar esas consecuencias comportándose como tú quieres.
  Hay un orden ideal en el proceso de entrenar a tu esposo. Si ya te has embarcado en la tarea y no lo has estado siguiendo, no te preocupes. Sigue haciendo lo que ya estabas haciendo mientras incorporas los pasos que describo más adelante.
  Una vez que tengas un orden firmemente establecido, pasa al siguiente. De este modo corregirás y reforzarás lo que ya has hecho en el pasado.
  Estos son los pasos:
  1. Hazte cargo de su vida sexual.
  2. Dale reglas claras para que las siga sin dudar.
  3. Condiciónalo a cumplir tareas siguiendo rutinas.
  4. Controla su cumplimiento de tus reglas y sus rutinas.
  5. Imparte disciplina de manera firme, regular y consistente.
  6. ¡Disfruta de la vida como Reina de tu hogar!
A cargo de su vida sexual
  Esto es lo primero, porque si controlas el pene de tu esposo, lo controlas a él. Un hombre a quien se le niega el orgasmo y que está sexualmente frustrado es atento y sumiso, pero el que está satisfecho sexualmente, es ocioso e irrespetuoso.
  Comprenderlo y actuar en consecuencia es clave para la relación de Reina a esposo sumiso que estás tratando de lograr.
  Como Reina necesitas practicar la negación del orgasmo a tu esposo, que lo mantendrá en un estado de máxima sumisión. La Reina que permite a su esposo un orgasmo por día, la que piensa que uno por semana es suficiente y todas las que están entre las dos, tienen razón. Hay quien dirá que uno al mes está bien. Cada hombre es distinto, y tienes que determinar el periodo ideal de negación para mantener el deseo de tu esposo de servirte en el máximo.
  Se está difundiendo cada vez más, una regla que dice que por cada diez orgasmos de la Reina, se le puede conceder uno al esposo. Pero recuerda que en caso de duda es mejor hacerlo esperar más. Esto lo mantendrá en un estado de sumisión y servicio constante, sabiendo que complacer a su Reina en todo, es su única oportunidad para aliviar su frustración sexual.
  Hay un beneficio adicional. Negar orgasmos a tu esposo, te hará sentir un poder que nunca antes has sentido antes. Cuando él te satisfaga sabiendo que su satisfacción sexual, como todo lo demás, te pertenece a ti solamente, sabrá que amarte es pensar únicamente en tu placer y no el suyo, eso será lo único que le debe importar.

Reglas claras – La castidad
  Si permites a tu esposo la oportunidad de masturbarse, pierdes el control de su vida sexual. No debes permitirle acceso a su pene, y de ser posible, ni siquiera a tener una erección sin tu consentimiento, porque no tiene derecho a ningún placer sexual, él existe solamente para darle placer a su Reina.
  No dejes las cosas a medias en este aspecto. Toda mujer que quiera seriamente ser la dueña de su esposo, debe ejercer la negación del orgasmo de manera inflexible y por periodos prolongados.
  Hay muchos dispositivos en Internet para eso y el más popular es el CB3000. Muchas mujeres mantienen a sus esposos bajo llave de manera permanente con estos dispositivos, que se pueden usar incluso bajo el traje de baño.

Tu esclavo sexual
  Ya que controlas la vida sexual de tu esposo, también deberías usarlo para tu propio placer. No hay mejor experiencia que hacer que te satisfaga oralmente, mientras está bajo llave en negación total, incapaz incluso de tener una erección, y consciente de que lo puedes mantener así por el tiempo que quieras.
  La intensidad del sexo para la Reina, sobrepasará casi cualquier experiencia, maximizada por su control absoluto sobre la experiencia sexual de su esposo. Él aprenderá a hacer exactamente lo que ella quiere, como ella lo quiere y con el mínimo de órdenes por parte de su Reina, permitiéndole relajarse y disfrutar plenamente de los esfuerzos de su esposo.
  Él debe entender que solo el máximo esfuerzo es aceptable y que si su Reina no queda totalmente satisfecha con su servicio, será castigado. Como Reina, tú debes exigir que haga lo mejor que pueda en todo momento. Si no lo hace, no debes dudar en disciplinarlo.
  Esto es parte de su entrenamiento y pronto aprenderá a comportarse de tal modo que los castigos se harán innecesarios, de manera que puedas relajarte y disfrutar del sexo del modo que mereces como la Reina que eres.
  Inicialmente, la lengua de tu esposo debe ser entrenada para estimularte de acuerdo a tu estado de ánimo. Tiene que aprender a responder correctamente a órdenes como: “más lento, más rápido, más arriba, más abajo, más firme, etc. Recuerda que necesita instrucciones detalladas para aprender cada rutina a emplear, antes de que puedas relajarte y disfrutar las sensaciones.
  Si la Reina permite a su esposo llegar al clímax, siempre debe hacerlo lamer su esperma de su vagina, o de donde sea que haya quedado, hasta la última gota. Al principio, con toda seguridad se va a resistir, porque su sumisión prácticamente desaparece inmediatamente después de eyacular. Su Reina debe mantenerse firme y hacerlo recoger y consumir hasta lo último. Esto lo hará volver de inmediato al estado de sumisión en que lo queremos mantener.
  Cada vez que ruegue que no lo obligues o se demore más de lo razonable, debes disciplinarlo, hasta que llegue a entender que no solo lo va a tener que hacer de todos modos, sino que lloriquear o demorar lo único que le trae es sufrimiento adicional.

Control del cumplimiento de las reglas
  Para que el entrenamiento tenga éxito, tu esposo debe quedar condicionado a obedecerte y pensar por sí mismo, solo en raras ocasiones. Por lo tanto, no debes dejarle muchas oportunidades de tomar decisiones en la vida diaria.
  Para ello, necesita reglas muy claras y detalladas. Hay muchos ejemplos en Internet, pero lo mejor es que puedas crearlas tú misma, pensando en cómo quisieras que él se comporte bajo diversas circunstancias de la pareja y lo mejor es ponerlo por escrito.
  Recuerda incluir una regla que diga que siempre puedes agregar, eliminar, cambiar o suspender cualquier regla, y que solo tú puedes interpretar el correcto significado de lo que está escrito…

Las rutinas
  La estructura es la base de todo programa de entrenamiento exitoso. A través de rutinas, la Reina puede entrenar a su esposo para que desempeñe tareas repetitivas. Para ello es muy importante empezar analizando cada servicio que exijas de tu esposo y poner la rutina por escrito, tanto para tu propio beneficio, como para el suyo en caso que se le olviden detalles. Hazlo practicar, y cada vez que se equivoque, disciplínalo hasta que aprenda a ejecutar el servicio exactamente como lo has establecido.
  Sigue el entrenamiento sin hacer concesiones y cuando lo termines, podrás disfrutar a lo grande. Es posible que quieras variar estas rutinas según tus preferencias, pero es importante que empieces por escribirlas (o dictarlas para que él las escriba), para que todo este supremamente claro y puedas hacer cambios más adelante si lo deseas.
  • Despertar a la Reina: Tu esposo te debe despertar exactamente a la hora que le indiques. (Si no lo hace tarde, debes disciplinarlo.) Se arrodilla en el piso y te despierta besando tus pies. Para ese momento, él está afeitado (por arriba y por abajo) y duchado y tu desayuno está listo y esperándote. Cuando te levantas, te pone las zapatillas y la bata.
  • Bienvenida a la Reina: Tu esposo debe estar duchado, listo y esperando para darte la bienvenida al menos 30 minutes antes de la hora en que se espera que llegues. Está en el recibo en el momento que abras la puerta. Se arrodilla, besa tus pies y toma lo que sea que estés cargando. Prepara y te sirve una taza de té. Mientras lo tomas, te quita las botas, besa tus pies y los masajea hasta que le indicas que pare. Luego permanence de rodillas,  esperando de tus instrucciones.
  • Respuesta a Llamadas: Cuando lo llames (puedes usar una campana) toma nota de cuanto demora en llegar. Tiene diez segundos. Cualquier demora será castigada (un cinturonazo por cada segundo de tardanza, por ejemplo). 
  • A la Hora de Acostarse: Tu esposo levanta las sábanas y se arrodilla a un lado de la cama. Luego de cubrirte te alcanza el cuaderno de control y anota los puntos que le asignes.Pide perdón por sus faltas del día, te agradece por los puntos de demérito y bonificación otorgados y regresa el cuaderno a su lugar. Luego se vuelve a arrodillar, listo para servicio sexual en caso que su Reina lo desee.
  Algunas mujeres pensarán que estos detalles son exagerados y muy complicados, pero ilustran cómo debe entrenarse al esposo para que pueda servirte como lo deseas. No debe quedar espacio para que tu esposo decida por sí mismo qué hacer (ni que no hacer), y esta es la clave del entrenamiento exitoso. Por ejemplo, una vez que tu esposo quede convencido de que recibirá un golpe del cinturón por cada segundo de retraso cada vez que esté tarde, sin excepción, te aseguro que será muy inusual que se vuela a retrasar.
  El esposo bien entrenado sabe exactamente cuáles son los requerimientos de su Reina para cada una de sus tareas. Le va a tomar un tiempo llegar este nivel de entrenamiento, pero cuando llegue habrá valido la pena el esfuerzo. Una vez completamente entrenado, tu esposo te servirá exactamente como tú lo exiges y una vez en este nivel, la vida será muy relajada para ti como la Reina.

El control del cumplimiento
  Es necesario tener un sistema de control del desempeño de tu esposo y producirlo debe ser una de sus tareas. Probablemente el mejor sistema sea el de puntos de demérito. La Reina puede otorgar estos puntos en cualquier momento si esta insatisfecha por el comportamiento o el desempeño de su esposo. Él ingresa los puntos en un cuaderno y lleva el total acumulado de manera continua. El sistema también puede usarse para otorgar puntos de recompense que tu esposo podría ganarse por servicio excepcional.
  El sistema de puntos producirá una mejora notable en el comportamiento de tu esposo en público, que es cuando tenderá a olvidarse de su posición. Él sabrá que su servicio está siendo observado de forma discreta y evaluado en presencia de otros sin que su Reina diga una sola palabra. La Reina le dará los puntos esa noche, cundo ella y su esposo estén solos.
  Al final del periodo designado (generalmente una semana), el esposo debe presentar el cuaderno de control a su Reina. Entonces ella decidirá la acción correctiva que se requiera para incentivar a su esposo a mejorar. Por ejemplo, cualquier infracción, tardanza, demora en obedecer, falta de atención a las rutinas, falta de respeto, etc. podría ganarle a tu esposo 10 puntos de demérito. Si se comporta excepcionalmente bien, tal vez le quieras dar 5 puntos de “bono” que se restan do los de demérito.
  Al final de la semana, podría recibir el número de latigazos o cinturonazos que corresponda a su puntaje, y/o cualquier otro castigo que decidas darle. Además, si le permites un orgasmo cada dos semanas y acumula 120 o más puntos de demérito en dos semanas, no tendrá orgasmo y tendrá que esperar otros catorce días para ver si le concedes uno entonces. Con este sistema vas a tener un esposo muy servicial, humilde y obediente.
  Como parte de su rutina de la hora de acostarse, debe presentarte cada noche el libro de control  para que lo evalúes y le otorgues los puntos que consideres adecuado. Si se olvida de presentarte el cuaderno, automáticamente son 10 puntos. Si se olvida de cualquier tarea diaria también son 10 puntos  además de cualquier castigo que quieras darle en el momento.
  Al final de la semana la Reina informa a su esposo cuál es su evaluación e imparte acciones correctivas. Estas podrían consistir de castigos de larga duración, dependiendo del número de puntos que se hayan acumulado. Por ejemplo: No cenar por varios días - Solo agua para tomar y solo a la hora de las 3 comidas principales, por varios días - Cadena corta entre los pies - Latigazos o cinturonazos (de pronto uno por cada punto, o por cada 5, según tu criterio), etc.

Los castigos - La Disciplina
   Cuando se convierta en esclavo, tu esposo se sorprenderá al descubrir que pasar horas en una jaula o encadenado a la pared no es divertido. La excitación de estar en la jaula desaparecerá rápidamente, pues es aburrido e incómodo. 
  El esposo que ha aceptado a su esposa como su Reina comprenderá muy pronto que la disciplina es parte importante de su vida y que debe someterse a todo castigo que le imponga su Reina. Le va a doler, a veces mucho, pero no tendrá derecho a reclamar. Saber que va a sufrir si no sirve a su Reina como debe, es el máximo motivador y es el único modo de llegar a la perfección.
  La otra clave es la consistencia, un esposo sujeto a un régimen consistente de disciplina aprenderá mucho más rápido y se desempeñará mejor que aquel cuya Reina tenga normas y exigencias variables. La Reina debe controlar cuidadosamente el servicio de su esposo. Si no lo hace, su nivel de desempeño irá bajando y al final la Reina quedará totalmente insatisfecha.
  Al principio yo tenía reparos en castigar a mi esposo, porque todavía lo veía como a un igual. Ahora sé que eso era un error. Mi principal consejo a todas las mujeres es que entiendan que ya no son iguales y que el dolor que le causen a sus esposos, desaparecerá muy pronto y no deben tener miedo de causarlo. Tu esposo no está hecho de vidrio y no se va a romper.
  Si te golpeas el dedo gordo del pie te duele por un minuto y luego el dolor se va, pero ya aprendiste a evitar la pata de la mesa. No temas darle a tu esposo la disciplina que necesita, pues el dolor pasa muy pronto y lo que importa es la lección de largo plazo.
  También es recomendable castigar faltas de inmediato con una bofetada en la cara. Esto pone al esposo psicológicamente en su lugar y tiene el efecto inmediato de reforzar su sumisión. Los castigos deben incluir el bastón o el cinturón pero no tienen que limitarse a ellos. Hay otros castigos muy efectivos que son muy desagradables, hacen la vida del esposo más difícil y le enseñan una lección que no va a olvidar, por ejemplo:
  • Para cada sonido que salga de la boca de tu esposo y no quieres escuchar, (faltas de respeto, pretextos por mal desempeño, etc.), lávale la boca con jabón o amordázalo por 6 horas (esto implica no comer – tal vez un trago de agua luego de 3 horas). 
  • Por mal servicio en la mesa, pan y agua por 24 horas o comida líquida fría por varios días. 
  • Por fallar en complacerte sexualmente, podrías limitarle sus eyaculacones.
  Estos castigos son inofensivos pero muy desagradables para el hombre. Él sabía que su vida no iba a hacerse más fácil cuando aceptó ser tu esclavo y los castigos lo convertirán en un mejor esposo.

Disfruta de la vida
  Hay mucho más, pero sigue las sugerencias de arriba y empieza a disfrutar de tu vida como Reina. Con el tiempo y la experiencia sabrás que cosas agregar o cambiar.


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