¿Hay marcha atrás en el FemDom?
Algunas mujeres se
hacen el siguiente planteo: “Lo intento y luego de un tiempo de probar y
conocer de que se trata vuelvo a las prácticas de sexo vainilla.”
A la pregunta y a
ese razonamiento les digo que personalmente no conozco a ninguna de mis amigas
que luego de decidir entrar y comenzar a tener relaciones FemDom se haya
arrepentido, por lo tanto mi respuesta en principio es que el FemDom no tiene
marcha atrás. Salvando las excepciones, que lógicamente supongo que las habrá
como en todas las cosas.
Las prácticas FemDom
son tan placenteras para nosotras, que la que prueba siempre va a querer
repetir y el tiempo es algo que siempre juega a nuestro favor. Normalmente
cuando una empieza con estas prácticas, una va mas cargada de teoría que de
práctica, y teniendo en cuenta que en esos primeros intentos nuestra mente, que
hasta entonces y durante muchos años ha estado alimentando su excitación a
través de prácticas vainilla, tendrá que tener un tiempo de adecuación o de
adaptación hacia estas nuevas formas de obtener el placer.
Este proceso de
cambio no nos va a resultar fácil, porque como cualquier práctica necesita de
un tiempo para ser interiorizada. Si no conseguimos interiorizarla y hacerla
nuestra, jamás podremos disfrutar de ella, en ese caso ante un fracaso
continuado, lo mejor seria abandonar. No hablo de fracasos ni de decepciones
puntuales, Porque de esas todas hemos tenido, hablo de fracaso CONTINUADO. Y
ante eso, poco se puede hacer desde la inexperiencia, porque desde la
experiencia todo funciona de otra manera, y me refiero a que para un Ama
convencida los fracasos como tales ya no existen, por el simple hecho de que
nuestras relaciones sexuales o son de dominio o no son de ningún tipo.
Practicar FemDom con
naturalidad significa que esta práctica sexual ya esta asumida como única forma
de relación sexual con tu pareja. Para un Ama convencida, las relaciones
vainilla son tan raras como lo puedan ser las relaciones FemDom para una pareja
vainilla, algo que les queda muy lejos y que ya no desean en absoluto, por lo
tanto la vuelta atrás ni existe.
En una relación de
pareja basada en la Dominación Femenina, siempre y cuando esta ya esté
consolidada, la única que podría dar por terminada la relación seria el Ama, y
como podréis entender fácilmente, por mucho que nuestra pareja deseara terminar
con estas prácticas y volver al mundo vainilla, no sería posible porque no
sería una opción que nosotras contemplemos para ellos y sabremos muy bien como
retenerlo en nuestro mundillo.
Que si se diera este caso, podría crear tensiones en la
pareja es seguro y que estas tensiones podrían derivar en una separación también
lo es, pero tenemos que entender que una no es Ama por un capricho divino ni
por ningún otro motivo oculto, una lo es por convicción y porque lo desea, lo
es porque es su forma de expresar su sexualidad y porque es la forma en la que
obtiene su placer, y por lo tanto no estará dispuesta a renunciar a su placer
en pro del placer de su pareja.
Por otra parte en
los casos en los que la mujer que viniendo del mundo vainilla y sin
sentimientos dominantes es empujada por su pareja con fantasías sumisas a
adoptar la Dominación como forma de relación, podemos encontrarnos con multitud
de problemas de adaptación y de hecho en la práctica diaria estas parejas
suelen tener multitud de ellos, para una mente femenina sin sentimientos
dominantes, el proceso de cambio es largo, a veces muy largo, pero aun en estos
casos que generan mucha tensión en el seno de la pareja, si la paciencia de la
parte sumisa que ha sido la impulsora del cambio es lo suficientemente fuerte,
esta transformación será posible.
Desde luego que si
ella no quiere, entonces no hay nada que hacer, por mucho que el sumiso se
empeñe no conseguirá absolutamente nada de una mente femenina que se niega a
aceptar estas prácticas. Sin entrar en los porqués, porque esto ya sería
también meterme en un fango difícil y largo de explicar.
Así que como resumen
del artículo yo me quedo con la afirmación de que cada una tiene su sexualidad
y que el único motivo para que una la abandone sería el no estar contenta con
la que tiene, podéis estar tranquilos en lo que se refiere a mí, porque por mi
parte no hay nada que me haga vibrar tanto como el FemDom y de eso alguna de
vosotras ya sabéis bastante.
ADIESTRAMIENTO LAS AREAS DE ATENCION
Las áreas de
atención son tres y cada una de estas áreas de adiestramiento es igualmente
importante. Cada una está conectada con las otras en la base de la sumisión. Tú
adiestramiento no se debe centrar en un sólo área, puesto que todas se conjugan;
el centrarse en un área, excluyendo otras no creará un sumiso, simplemente que en
el mejor de los casos, creará una pareja de juegos.
La Mente:
Las primeras fases del entrenamiento, aunque pueden incorporar técnicas tales
como entrenamiento de la posición y mantener el entrenamiento, deben centrarse
más en los aspectos psicológicos del sometimiento. En última instancia, tus
necesidades deben ser resueltas, pero si estás interesada a largo plazo y
buscando que la buena relación continué entre la Ama y el esclavo, debes buscar
en la mente del esclavo y descubrir por qué necesita lo que necesita, y ver la
mejor forma de satisfacer esas necesidades sin comprometer las tuyas, y después
entrenarlo psicológica y físicamente. La comprensión cuidadosa de tu esclavo
crea una atmósfera de confianza y lealtad.
El Cuerpo:
Comprendiendo las necesidades psicológicas de tu esclavo, determinas sus
necesidades físicas también, y ayudarás a integrar sus necesidades con las
tuyas propias. El entrenamiento de su cuerpo crea en él, el conocimiento
constante de ser de tu propiedad. Se supervisan sus movimientos, sus
necesidades físicas se resuelven según tu criterio, y se la utiliza para
practicar, así como para propósitos agradables.
El Espíritu: El espíritu de tu esclavo se utiliza aquí en el
sentido de abarcar la intensidad de su deseo de servir y de satisfacer, de su
impulso para sumergirse en su papel y en tus reglas, de sus sensaciones de
adoración, tanto de su Ama, como de sí mismo, en la medida que crece su
autoestima.
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