Dominación Femenina y BDSM
Poner el BDSM y la
Dominación Femenina en el mismo saco es una de las equivocaciones más comunes
entre los que no se han parado mucho a pensar en ello. Son como el agua y el
aceite, generalmente cada uno va por su lado, aunque si se les agita se mezclan
temporalmente, volviendo cada uno a su estado al poco tiempo de dejar de
agitar.
Yo personalmente me
declaro practicante de la Dominación Femenina, así empecé y así continuo y por más que de vez en cuando
mantenga también relaciones de puro BDSM, mis principios y mis convicciones
pasan siempre por los métodos de enseñanza del FemDom.
BDSM y FemDom
están bastante alejados el uno del otro
en sus extremos, aunque es cierto que en su zona limítrofe se parezcan o se
entremezclen bastante. Y en cuanto a los practicantes de cada una de estas
modalidades se podría decir que las dos modalidades gozan de buena
salud…..vamos, que están casi a la par. Pero yo he podido comprobar que para
los amantes del BDSM el FemDom les suena a juego de niños, pero a poco que se
averigüe podrás comprobar que el FemDom es la practica preferida en el entorno
de la pareja estable, mientras que las relaciones BDSM se dan con mayor
frecuencia en las relaciones esporádicas.
Curiosamente, un
sumiso que es educado en el FemDom, pasara muy fácilmente de la mano de su Ama
a compaginar practicas de BDSM de una forma gradual en poco tiempo, pero en
cambio a los practicantes de BDSM les cuesta horrores aprender la dedicación,
los modos y las formas que exige el FemDom. ¿Y por qué pasa esto? El sumiso
amante del FemDom centra su placer en complacer a su Ama, en consecuencia somos
nosotras las receptoras de ese placer, disfrutamos de sus atenciones tanto
personales como sexuales a nuestra manera y según nuestros dictados. En cambio
el amante del BDSM ve su sexualidad en el entorno de una sesión dirigida a él,
lo cual implica una dedicación por parte del Ama que si es de continuo puede
llegar a desanimarle.
Una relación de
dominio y una de sumisión no se presentan de igual manera, también influye que
el Dominante sea hombre o mujer, hombres y mujeres no tenemos las mismas
necesidades ni parecidas, en el plano sexual somos las antípodas y en el FemDom
no se olviden que somos nosotras las que cortamos el bacalao. Precisamente por
eso el FemDom es la practica preferida por las mujeres, mientras que los
hombres hacen un batí burrillo entre Dominación Masculina y BDSM.
Personalmente pienso
que hay una colisión de intereses entre el BDSM y la Dominación Femenina, sobre
todo cuando esta relación se da en el seno de la pareja. Implantar este tipo de
relación en la pareja, en la mayoría de los casos dependerá mucho de la predisposición de la
parte femenina y desde luego intentar meter a una mujer en las practicas de BDSM
sin haber aprendido las técnicas del FemDom y sin haber comprobado en sus
propias carnes las bondades que el FemDom tiene para nosotras, no nos llevara mas
que al fracaso y al hastío, porque entre que nos hagan un masaje corporal, una
sesión de manicura, una adoración de pies, un cepillado de pelo, arreglarnos el
baño o una buena sesión de sexo oral que nos lleve al Olimpo del orgasmo y un mañana
será otro día… A tener que pensar cada vez que deseamos sexo debemos montar un
espectáculo que agrade a nuestro sumiso hay un trecho muy, muy grande ¿Se dan
cuenta de eso?
Las sesiones están
bien y todo lo que tu quieras, pero de continuo como sucedería en el seno de la
pareja es solo para unas pocas veces. Yo personalmente como ya he comentado empecé
con la Dominación Femenina y continuo con ella, cuando lo creo oportuno y me
apetece, realizo una sesión mixta con mi pareja sumisa así que yo por mi parte
no tengo de que quejarme, pero lo he buscado yo, fue porque así lo he querido yo
y porque el FemDom me ha dado esa libertad. Por eso les aconsejo a vosotras que
no acepten la idea de que el BDSM es la entrada principal, en cambio si les
recomiendo ir explorando las infinidades del FemDom, para luego intentar el
BDSM si ambos así lo desean.
Los límites y su evolución
En esta ocasión no
voy a hablar de los típicos límites pactados por la pareja a la hora de acordar
una sesión, porque entre otras cosas de esto ya hay mucho escrito.
Los limites no son
más que puntos de partida que sirven (y mucho) para una relación FemDom
incipiente, pero en absoluto son inviolables en el transcurso del tiempo, si
así fuese, menudo aburrimiento nos podríamos agarrar.
La evolución en
nuestros juegos forma parte de nuestra naturaleza humana y por lo tanto
respetando la libertad de cada uno, esta deberá de ser acompasada ya que de no ser así podría llegar la
ruptura. Esta frase sacada de la película “Historia de O” define muy bien los límites
de la persona frente a su subordinado y la necesidad de una evolución
acompasada: “Ya ves lo que te hago si eres mía, y si eres mía, no puedes
negarte, pero ya sabes que en todo momento puedes negarte a ser mía”. Ya
ves que responde perfectamente la pregunta sobre si un Dominante puede hacer lo
que desee con su sumiso. Por un lado los deseos de la Ama son indiscutibles y
nuestro esclavo tendrá que obedecer sin cuestionar la naturaleza de estos, pero
a su vez si nuestras decisiones atentan contra los valores del esclavo este,
siempre podrá negarse a realizarlos.
La libertad
individual de cada una de las dos partes Dominante y sumisa nunca llega a
perderse con lo que en todo momento se trata de un juego consensuado aunque
siempre en constante evolución y evolucionar en estas relaciones es fundamental
para derribar las barreras que nos impiden disfrutar plenamente de nuestras
vivencias FemDom. Nosotras como Amas evolucionamos si nuestro sumiso también lo
hace, normalmente es una evolución acompasada de los dos actores del juego.
En la realidad
diaria de una relación FemDom surgen a menudo diferencias en cuanto al
diagnostico de la evolución que cada una de las partes hace del otro, esto
evidencia distintos ritmos de evolución en lo que cada uno exige del otro. Aquí
surge la pregunta ¿Quién es el que va fuera de compás? Y evidentemente bajo mi
punto de vista es el sumiso quien suele ir fuera de compás con respecto a su
Ama, tanto si presiona demasiado, como si se queda rezagado con respecto al
ritmo de evolución que cada una de nosotras tiene.
En mi caso, recuerdo
que en mis comienzos, mi dominio se encajaba más a la ideas del FemDom
domestico que al BDSM, pero con un nivel de castigos mas bien light, sin
embargo ese nivel inicial ha ido evolucionando hacia formas mas severas de
castigo, simple y llanamente porque es lo que mas me apetece, pero como cada
sumiso es un mundo las formas light de dominio ya no son para mí y a esos
hombres se los dejo a las zorritas nuevas que como es natural deben empezar
también su entrenamiento desde cero.
No es que sea mejor
ni peor, simplemente que cada cosa tiene su tiempo, y en estos momentos
prefiero esclavos con un buen nivel de aguante y dispuestos a soportar mis
juegos por pura devoción hacia mi, yo les exijo cada vez más, pero no porque
así lo pida el guión, si no porque mi cuerpo me lo pide y es lo que deseo y si
nuestro esclavo no nos acompaña en nuestro camino evolutivo, seguramente
tendremos un problema. El nunca debería ir por delante, pero tampoco debería ir
muy detrás de nosotras.
"Curiosamente, un sumiso que es educado en el FemDom, pasara muy fácilmente de la mano de su Ama a compaginar practicas de BDSM de una forma gradual en poco tiempo, pero en cambio a los practicantes de BDSM les cuesta horrores aprender la dedicación, los modos y las formas que exige el FemDom. ¿Y por qué pasa esto?"
ResponderEliminarPorque el BDSM es consensuado, el Femdom no lo es. El Femdom es complacer a la mujer, de la forma en que esa mujer lo desea. El BDSM es encontrar la forma de complacer a ambos desde los roles que han elegido.
Mi muy estimada Mistress Roxy, como usted puede percibir claramente, yo cuento con los conocimientos de la teoría, pero carezco casi por completo de los conocimientos de la experiencia y de la práctica. En ese sentido siento algo de sana envidia por Dog Willy que ya debe estar cerca de recibir el diploma y en una de las Universidades más exigentes de nuestro país.
ResponderEliminarLo mío por ahora es como pasar cerca de la ventana de una cocina, oler algo rico que están cocinando, pero no poder ver a la cocinera, ni saber los ingredientes, ni en que proporciones los están usando.-