domingo, 28 de agosto de 2016

Y ahora ¿Qué deberíamos hacer?

  Todo comenzó por curiosidad, después vino la ilusión y de repente había cruzado al mundo FemDom. Sentí la magia de la Dómina y así fue que Mi Reina me enseñó lo maravilloso de lo femenino del mundo.
  Quizás lo mío haya sido capricho, pero fue desde aquel momento inolvidable que pude crear un paraíso irracional en el que todo parece perfecto. Donde las protagonistas no cometen errores y todos los que tenemos la posibilidad de vivir en él, estamos felices y enamorados. 
  Desde aquel momento en ese estado ideal de hace un par de años atrás al actual, mucha agua corrió por el río. En la realidad de mi vida cotidiana, siento como la adversidad está decidida a no dejarme volver a aquel mágico mundo.
  No me estoy quejando por mi presente, es más, asumo que llegué a este lugar tan lejano de todos mis grandes afectos como resultado de mis decisiones. Pero lo curioso son las burlas que me juega el destino; porque ahora, allá lejos, donde parecía que ya no quedaba nada más para mí, parecen abrirse portales mágicos que están esperando mi regreso.
  Sé, que en el caso de no ir hacia ellos, deberé perfeccionar las formas para sostener relaciones virtuales con mucha imaginación, generando siempre expectativas y manteniendo alto en entusiasmo. Supongo que puede resultar, se pueden construir buenos cimientos con pensamientos y principios comunes. Existe un intercambio de ideas sincero, un descubrimiento íntimo que quizás personalmente no sería factible o tomaría más tiempo. Siento claramente un interés de las partes por sostener esta relación, porque claramente nos ayuda y nos da contención. 
  Desde mi divorcio, creo haber aprendido el valor que tienen las palabras escritas y de como pueden dar calor a los sentimientos y luego estos sentimientos despertar emociones que nos hacen sentirnos vivos en ambos extremos de la comunicación.
  Obvio que el sacrificio por ambas partes es mucho mayor que si tuviéramos la posibilidad de estar juntos físicamente. Las obligaciones y compromisos personales crean una carrera de obstáculos, con vayas, piedras, arena y enredaderas que nos atrapan y el reloj parece correr más rápido, como si se burlara de nosotros.
  Entonces pasa que por culpa del cansancio se va perdiendo la constancia y el tesón, pueden surgir las dudas, las inseguridades, las debilidades y comienzan a verse las grietas y nos preguntamos: ¿Realmente vale la pena jugar este juego? ¿Se puede tirar juntos del carro para adelante estando tan lejos uno de otro? Con todo lo hecho hasta acá ¿Se puede continuar en la eternidad?... Yo creo que sí y este Blog existe como prueba de que lo estoy intentando, pero para llegar juntos a la meta deseada, debemos tirar parejo y en este punto en particular, sin hacer distinción de roles.

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