martes, 6 de noviembre de 2018

El Metaconsenso en una relación FemDom

  Hoy Mi Reina en uno de sus tantos mensajes del día, me advirtió que en determinadas situaciones ella tendría “control total” de la sesión y que yo estaría en tal situación, que ni siquiera podría hacer uso de la palabra de seguridad, siendo esa palabra mi único derecho o salvoconducto.
  Medité mucho lo que me dijo y en eso de meditar, no voy a negar haberme sentido muy excitado por el escenario propuesto. Fue así que decidí informarme más al respecto y recordé que no hace mucho había leído en Blog amigo de Christopher y eli{ACH}, una muy interesante publicación sobre el uso y la importancia de la palabra de seguridad, el consenso y el metaconsenso. Escribiré entonces sobre esta última, el metaconsenso, que viene a ser como una forma evolucionada del consenso ya manifestado en la pareja.
  El metaconsenso se da principalmente en parejas BDSM que se encuentran muy avanzadas. Donde ambos se conocen perfectamente; hay una confianza ciega y una entrega absoluta del sumiso para con su Dómina. Sería bueno aclarar que llegados a este punto, la parte dominante debió haber dado pruebas de una amplia experiencia y responsabilidad en sus acciones o exigencias para con el sumiso.
  ¿Cómo se pacta el metaconsenso? En un determinado momento, alguna de las partes propone que nada podrá interrumpir la sesión. El sumiso manifiesta explícitamente estar de acuerdo con no tener ninguna responsabilidad por lo que pudiera ocurrir una vez comenzada la sesión. Es decir que renuncia al beneficio de poder detener el juego si este está superando sus límites, su resistencia o su capacidad. Será la Dómina quien asuma plenamente el control y decida en todo momento lo que deba o no hacerse.
  Un ejemplo de lo anteriormente explicado, sería que luego de pactar el metaconsenso con Lady Eros, no importa cuánto le ruegue o suplique para que ella se detenga en lo que esté haciendo o incluso por más que le pida finalizar la sesión en su conjunto. Siempre, siempre, será ella quien tenga la decisión de aceptar o no mi petición.
  Christopher en su nota nos cuenta que el metaconsenso se practicaba de forma muy generalizada en los inicios históricos del BDSM, la época denominada de la Old Guard. Aunque era más conocido en los círculos anglosajones con la denominación, algo confusa, de no-consenso consensuado (consensual non-consensuality).
  Como sabemos todos, hoy en día está popularizado como un mandamiento el concepto SSC (Seguro, Sensato y Consensuado), por lo que el metaconsenso por entrar en conflicto con este postulado pasó a estar un poco más en desuso. Aunque se sabe que su práctica se sigue dando en la comunidad BDSM, pero de forma muy privada y reducida.
  Los beneficios que puede ofrecer a los sumisos, será el no tener que preocuparse por el desarrollo de la sesión. Será la Dómina por decisión propia quien evaluará la situación y parará o modificará lo que esté haciendo por estar siendo demasiado exigente o intensa. Esta evaluación la hará sin necesidad de esperar a que el sumiso haga alguna manifestación. Se sabe de casos en que los sumisos se encuentran en un estado llamado “Sub-Space”, que vendría a ser un estado muy cercano al éxtasis, donde no se tiene plena conciencia de lo que está pasando, llegando incluso a perder sensibilidad, por lo tanto no hay dolor, por lo que los riesgos son mayores si la Dómina no tiene plenos conocimientos de lo que esté haciendo o protocolos a seguir en caso de darse alguna situación inesperada que requiera intervención inmediata.
  Por muy tentadora, desafiante o interesante que pueda sonar la propuesta, creo que debemos mantenernos lo más apegados posible al SSC. Debemos estar bien seguros de lo que hagamos, tener conocimientos de los materiales que empleemos, prevenir todos los riesgos y respetar los tiempos que se necesitan para el desarrollo de cualquier actividad BDSM. Seamos sensatos y evitemos estar fuera de control por culpa de las drogas o bebidas. En todo momento tenemos que saber diferenciar la fantasía o el juego de rol, de la realidad. Por último, todo debe ser consensuado previamente y cualquiera haya sido el acuerdo pactado, se puede renunciar a él en cualquier momento. Acá lo importante es disfrutar de la sexualidad sanamente, divertirse y lo mejor de todo; amarse profunda y locamente para aquellos que tenemos la posibilidad o la buena fortuna de estar con una pareja estable.

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