viernes, 26 de febrero de 2016

Y si hablamos un poco de las fobias sexuales

  Tratando de aportar un poco más de conocimiento he información a esta humilde biblioteca FemDom, me encontré con una interesante publicación en Rincón de la Psicología escrito por Jennifer Delgado donde trata el tema del miedo en la intimidad de la pareja

Las fobias
  Lo primero sería saber que cuando hablamos de fobias, estamos hablando de temores irracionales que manifiestan algunas personas. Es decir, temores que no se corresponden con una amenaza real. Son temores que van mucho más allá del miedo, ya que son momentos de bloqueo total.
  Esto también se aplica en el aspecto sexual y es ahí dónde vamos a enfocarnos.
  El hecho de padecer una fobia sexual no implica no desear tener relaciones sexuales, sino en las reacciones que puede tener el frente a algunos estímulos. Quienes padecen alguna fobia no pueden manejar la situación, aumenta la tensión y no hay manera de canalizar esos temores. Finalmente pueden terminar cayendo en una gran frustración que suele traducirse en una pérdida de la erección o una eyaculación precoz en los hombres y en dispaurenia en el caso de la mujer.
  La dispareunia femenina o coitalgia es el coito doloroso que a menudo aparece asociada a problemas de vaginismo, no quedando claro cuál es la causa y cuál el efecto. El dolor en las mujeres puede implicar ardor, quemadura, contracción o dolor cortante, que puede localizarse en la parte interior o exterior de la vagina, en la región pélvica o en el abdomen. Si bien la mayoría de las mujeres han experimentado dolor en alguna ocasión durante sus actividades sexuales, para considerarse trastorno ha de presentarse de forma crónica. (dolor a la hora de practicar sexo).

Las fobias sexuales

  La gama de las fobias es muy amplia, pero más allá de las fobias más conocidas y comunes como la claustrofobia o la xenofobia existen otros miedos que están relacionados con el género de la persona y su sexualidad.
  Realmente el número de fobias sexuales es verdaderamente grande y es que la sexualidad ha sido siempre un foco de tensión para las personas. En ciertas ocasiones la disfunción eréctil, la eyaculación precoz o la anorgasmia en las mujeres tiene en su base un miedo oculto.
  Una de las fobias más generalizadas es la coitofobia o genofobia: el miedo a mantener relaciones sexuales. En los hombres normalmente se presentan problemas para mantener la erección mientras que en las féminas se muestran dificultades para alcanzar el orgasmo. Este miedo hace que las personas experimenten una gran ansiedad pues les preocupa fallar de alguna manera en su desempeño sexual. Algunos tienen miedo de sus impulsos sexuales o de perder el control durante el acto sexual (algo que es considerado como una falta de autocontrol imperdonable). Otros simplemente perciben la idea de tener relaciones sexuales como algo desagradable o detestable.

¿De dónde proviene este miedo?

  Como puede presuponerse las causas son múltiples, las más comunes suelen ser:
  1. Un trauma sexual vinculado con una violación o un abuso sexual, fundamentalmente en las edades tempranas.
  2. Haber sido testigo de un acto sexual que haya resultado impactante para la persona, ya sea en su vida real o en un filme.
  3. Haber sufrido vaginismo en algún momento de la vida, por lo cual la relación sexual se hizo dolorosa y se estableció un vínculo inadecuado entre el dolor y el sexo.
  4. Ausencia de sentimientos de amor y cariño hacia la pareja.
  5. La experimentación de culpas propiciadas por una educación cultural o religiosa demasiado estricta.
  6. Perversiones sexuales de parejas anteriores e incluso, muy al contrario de lo que pueda pensarse o el haber sostenido una vida sexual muy activa y promiscua.

Las fobias sexuales más comunes
  Siendo tantas las fobias sexuales, a continuación un listado con las más comunes y una breve explicación de cada una de ellas.
  • Genofobia: Aunque parezca imposible para muchas personas, existe el miedo al sexo. Las personas que sufren esta patología tienen verdaderos bloqueos en momentos que deberían ser eróticos y agradables. Este es uno de los miedos más comunes.
  • Agrafobia: Tener miedo a ser víctima de un abuso sexual. Como es lógico pensar, generalmente lo padecen quienes han sufrido de este tipo de abusos en algún momento de su vida, o lo han presenciado demasiado cerca. Pero no siempre este es el caso, a veces el haber visto una película con escenas fuertes o una mala formación de los educadores pueden generarla.
  • Erotofobia: Hay personas cuyo miedo consiste en hablar de sobre temas eróticos, es el mayor trauma al que se pueden enfrentar y no tiene nada que ver con la vergüenza sino con el miedo a los temas relacionados con la sexualidad, a las preguntas de índole sexual y en general a todo aquello que pueda relacionarse con el erotismo. Es poco probable que los erotofóbicos hablen de sexo y suelen tener reacciones negativas con respecto al material sexualmente explícito. Por supuesto, esto conduce a que mantengan relaciones sexuales con menor frecuencia y que tengan menos compañeros sentimentales a lo largo de sus vidas. Algunas investigaciones han demostrado una correlación entre puntajes elevados en la erotofobia y un uso menos consistente de anticonceptivos, fundamentalmente debido a que existe un desconocimiento general sobre la sexualidad humana. Esta fobia puede desprenderse de una educación represiva en la que el tema sexual era considerado malo o tabú. Quienes la padecen se bloquean ante situaciones eróticas, lo que impide o que practiquen o que disfruten del sexo.
  • Vaginismo: Es la dificultad de realizar el coito, debido a la contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina. Se trata de una afección poco común y las mujeres que padecen vaginismo no pueden gozar de los juegos sexuales, y alcanzar el orgasmo ya que esta disfunción no está relacionada con la respuesta sexual. La mayoría de las causas del vaginismo son psíquicas. La falta de información sexual o falta de comunicación, que conducen al miedo o temor; experiencia, traumáticas, miedo al embarazo, temor a contraer enfermedades de transmisión sexual, experiencias dolorosas en la visita al ginecólogo, abusos sexuales, etc. Este miedo a ser penetradas es tan grande que pueden llevarlo a tal punto que sienten pánico hasta de colocarse un tampón.
  • Venustrafobia: Es la fobia que tienen los hombres a las mujeres hermosas. Para ellos enfrentarse a una mujer bella es más que un dolor de cabeza. 
  • Filofobia: Más conocida como el miedo al amor, a enamorarse o a estar enamorado. Se trata de una condición que afecta profundamente la vida de quienes la padecen ya que estas personas no desean enamorarse. El origen del trastorno suele estar en traumas infantiles que degeneraron en complejos de inferioridad y que estaban relacionados con la familia o con el entorno afectivo. Quienes padecen esta fobia suelen adoptar los siguientes comportamientos: eligen relaciones imposibles donde nunca podrán enamorarse, escogen hombres o mujeres que terminarán dejándolos para así evitar el enamoramiento y escapan de alguien que se haya enamorado de ellos buscándole defectos inexistentes. 
  • Filematofobia: Estaría dentro del miedo romántico y no es otra cosa que el pavor por los besos y la negación a ser besados.
  • Sarmasofobia o Malaxofobia: Es el temor a los juegos amorosos. Esta fobia, que afecta mayormente a mujeres que a hombres, puede tener diversos orígenes, pero consiste básicamente en el miedo a los juegos eróticos, el coqueteo, las caricias, masajes y todo tipo de contacto amoroso. También conocida como sarmasofobia, dependiendo del nivel puede no afectar la respuesta al sexo, es decir muchos pacientes que la experimentan sienten placer durante el coito. El término sarmasofobia proviene de "Sarmatia", una antigua región próxima al Mar Muerto de la cual descendían las legendarias amazonas que según la leyenda tenían aversión al contacto con los hombres.
  • Gimnofobia o Nudofobia: Esta un tanto desligada de la relación sexual propiamente dicha pero siempre relacionada con el género y consiste en el miedo a la desnudez propia y ajena. Normalmente tiene un componente claro en la comparación que estas personas realizan entre los cuerpos que les rodean y los cuerpos que tienen idealizados en su mente. Quienes padecen esta fobia temen, tanto ser vistos desnudos como ver a otras personas desnudas, aún en aquellas situaciones donde la desnudez es socialmente aceptable. Los gimnofóbicos pueden experimentar miedo o ansiedad frente a todos o, por el contrario, sólo frente a ciertas personas en particular. Una causa posible de esta fobia es el sentimiento de inferioridad con respecto al propio cuerpo, en especial debido a que se compara con las imágenes mostradas en los medios que idealizan la belleza humana al punto de que las imperfecciones naturales llegan a ser vivenciadas como un padecimiento.
  • Dishabiliofobia: O miedo a desnudarse, es algo similar al punto anterior. Está claro que nuestro aspecto físico influye de manera notable en que nos sintamos más o menos cómodos sin ropa. Todos hemos sentido alguna vez miedo o verguenza de desnudarnos y de la reacción de nuestra pareja, pero cuando ese temor nos controla y se vuelve algo irracional, es posible que se padezca de dishabiliofobia. Se desarrolla debido a la baja autoestima vinculada con nuestro cuerpo, pero representa un problema importante para muchas personas que no consiguen hacer el amor si no es con la luz apagada o cubriendo con ropa determinadas áreas de su cuerpo.
  • Homofobia: O miedo a la homosexualidad y esta es lamentablemente de todas las fobias sexuales, una de las más conocidas. Se trata del temor irracional ante los homosexuales o ante la idea de convertirse en homosexual. Además de la aprehensión y temor, esta fobia incluye también un rechazo importante hacia esta preferencia sexual, que muchas veces se manifiesta con conductas y agresiones verbales o físicas.
  • Androfobia: Son aquellas personas que le temen a los hombres. Se trata de una aversión hacia las personas de sexo masculino, probablemente causado por un evento traumático sufrido en la edad temprana, ya sea con un hombre o con un niño. Quienes padecen esta fobia experimentan gran ansiedad, incluso cuando se den cuenta de que las otras personas no representen una amenaza real.
  • Medomalacufobia: Es algo bastante comun en los hombres y no es ni más, ni menos que el pánico ante la idea de perder la erección. Mantener una erección estable hasta el final del coito es un elemento clave en el sexo. Pero en ocasiones la presión por alcanzar la resistencia sexual deseada hace que muchos hombres comiencen a experimentar un miedo intenso a perder la erección. Uno de los problemas derivados de este miedo es la frustración que genera, al tiempo que lleva a muchos hombres a automedicarse con pastillas para mejorar el rendimiento sexual cuando en realidad no las necesitan.
  • Eurotofobia: Es una de las fobias masculinas más comunes y es el miedo a los genitales femeninos, tanto que les bloquea y les impide llegar a más en cualquier relación que comiencen.
  • Falofobia: Es la versión femenina de la eurotofobia, o sea que es el pánico por el pene masculino, ya sea de verlo o tocarlo.
  • Onirogmofobia: Es el miedo a los sueños húmedos.
  • Parafobia: El miedo a tener una perversión sexual.

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