lunes, 29 de octubre de 2018

¿Cómo definirnos en nuestra sexualidad?

  Quienes hayan tenido la oportunidad de seguir nuestras publicaciones, sabrán que con Mi Reina Lady Eros estamos trabajando y ya muy próximos a la firma de nuestro primer Contrato D/s. En todos los meses de trabajo que llevamos volcados en él, hacen que a la fecha cuente con 14 páginas.
  Se entiende que no estamos todos los días leyéndolo y modificándolo, simplemente que a medida que se van dando conversaciones, situaciones, experiencias o en el ejercicio de ir poniendo en escena mentalmente las fantasías que queremos vivir o por dónde queremos canalizar nuestro placer. Se van produciendo las charlas para que todo se pueda llevar a cabo de la mejor manera posible.
  Sería muy hipócrita de nuestra parte decir que todo se hace como ella quiere y punto. Humildemente pienso que, de ser así realmente, Mi Reina Lady Eros se vería bajo una tensión y un estrés muy alto. Somos una pareja, un equipo, donde todo depende de lo que los dos hagamos, ella está empoderada como Ama, Dueña y Reina. Ella tendrá la responsabilidad de conducir y decidir lo que se hará, pero es mi obligación como compañero darle toda la contención posible y ayudarle a ver todos los obstáculos que pueda haber en el camino que ella decida transitar.
  Supongo que ver las cosas de estas maneras, debería ser lo más natural para cualquier pareja, sea vainilla, FemDom u cualquier otra clasificación BDSM. Justamente ese es el punto al que quiero llegar en esta publicación.
  Allá lejos y hace tiempo parece que quedaron nuestros comienzos cuando decidimos salir de ese cómodo Mundo Vainilla en pos de vivir, explorar, descubrir y aprender más sobre los secretos de la sexualidad. En ese largo proceso que ya llevamos recorrido, hubo de todo, pero uno se fue quedando con las experiencias más positivas y aquellas que de una u otra forma nos dieron placer. Ahora bien, puedo decir que nosotros entramos y salimos del Mundo Vainilla cuando queremos y al salir de él, lo podemos hacer en cualquier dirección. Mayormente aquella que a Mi Reina le venga en ganas.
  Entonces surge la pregunta: ¿Cómo catalogarnos? La respuesta sería decir que somos una pareja FemDom, pero con matices de todos los tipos y colores. Puede que haya personas que no estén de acuerdo con esta postura, pero humildemente a esas personas les digo que de aferrarnos a una sola posición dentro del BDSM, nos encerraría en una condición igual a cuando queríamos escapar del Mundo Vainilla. Por lo que me animo a afirmar que es un error que las parejas se cierren ante la diversidad. Es más, cada pareja por sí sola, es todo un mundo donde ambos deben explorarse y esa exploración debe hacerse siempre de común acuerdo.
  Una vez acordados entre ambos los términos básicos de la relación y poniéndonos nosotros como ejemplo, en nuestro caso sería: Ella la Dominante y yo como su sumiso. Si ella no hiciera caso a su voz interior y a sus propios deseos, para dejarse guiar solamente por las normas y protocolos que existen en la Comunidad FemDom o BDSM, supongo que hubiéramos encallado el barco hace tiempo, porque todo lo que se viva, no sería su propia búsqueda de placer, sino la de otros. Yo quiero verla feliz haciendo lo que ella realmente desea hacer y usándome a mí como puente para lograrlo.
  Ella en varias ocasiones requiere que yo sea el dominante y el que le practique a ella sexo duro. Trato de dar lo mejor de mí en todo momento, pero hago un esfuerzo extra en esos casos, porque cuando lo pide, es porque ella realmente lo está necesitando. Ella no pierde su rol de Dominante, ni yo el mío como sumiso, todo lo contrario, se reafirma. Porque acorde a su instrucción, es mi turno de actuar, de ser el protagonista y deberé cumplir a la perfección con mi papel para poder dejarla bien satisfecha.
  Mis estimados amigos, como parejas en su intimidad sean libres y no hagan mucho caso a las modas impuestas, ni a las proclamas de los otros diciendo “esto es lo correcto”. Tampoco estoy llamando a la desobediencia. En los Eventos de la Comunidad, debemos ser respetuoso y seguir los protocolos que los organizadores impongan, para que de esa forma la experiencia colectiva sea mucho más rica y placentera para todos los participantes. Les pido no seamos los que escupamos la comida de los otros. Sino que como sumisos con Dueña, simplemente debemos preocuparnos de hacer felices a nuestras Dóminas en todo momento. No busquemos rótulos que pretendan definirnos, simplemente seremos de aquella mujer que nos colocó nuestro collar y que dispone de nosotros como a ella le plazca, nada más importa.

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