viernes, 18 de marzo de 2016

Aristóteles y Filis

  Nuevamente le debo dar las gracias al Blog amigo Ella manda, yo obedezco por ilustrarme en una historia que desconocia. Y lo que más mal me pone, es que me considero un lector asiduo de artículos relacionados con la filosofía griega y esta joyita no la tenía.
  Eso me motivó a googlear para indagar más al respecto y acá el resultado de mi trabajo.
  El mito que involucra a uno de los más grandes filósofos de la antiguedad tomó vuelo en los comienzos del Siglo XIII.
  Hay por lo menos cinco versiones difentes, pero la versión original nos lleva a la que redacta Henri d’Andeli. Con su narración relativamante corta, de carácter humorístico y de cierta carga erótica y burlesca que gozó de enorme popularidad en las Cortes Medievales.

El mito

  Resultó que Aristóteles acompañando a Alejandro Magno en su expedición a la India, en una de las tantas ciudades conquistadas, el Rey se enamora de una joven y bella hetaira llamada Filis.
  Aristóteles, siendo su preceptor, al ver tal situación le recomienda que no se deje acompañar más por esa cortesana, porque eso podría impedirle prepararse debidamente en el ejercicio de la virtud y todas las responsabilidades de gobierno que tiene en su corona.
  Filis, enterada de los consejos que el filósofo le había dicho al Gran Emperador  promete venganza. Y fue así que una mañana, la joven comienza a bailar de manera muy sensual y a cantar canciones de amor en el jardín contiguo al estudio de Aristóteles. La belleza de su canto y sus movimientos hacen que el filósofo sienta un ardiente deseo por la joven y se acerque a la ventana para poder verla mejor y requerir sus servicios. Entonces le ofreció todo cuanto le pidiese y le aseguró, además, que haría cualquier cosa por ella.
  Filis, lógicamente ya estaba preparada para la propuesta y le responde que también ardía en deseos y promete saciarlo pero antes de entregarse a él le pide una única condición. Aristóteles que ya perdió la razón, le respondió lleno de gozo, que le pidiese lo que fuese.
  "Señor, permitidme que os cabalgue como si vos fuerais un caballo y que os ponga frenos en su boca y una silla de montar en su espalda, y que os haga cabalgar por la noche, a la luz de algunas antorchas, cuando todos estén bien dormidos, para que nadie se entere en palacio de lo que estemos haciendo", exigió Filis.
  Aristóteles tratando de recuperar la cordura protestó alegando que tal cosa era de mucho daño para él y de poco provecho para ella, pero la muchacha insistió con el siguiente argumento: "Señor, los hombres acostumbran a burlarse de las mujeres después de que han satisfecho sus deseos sexuales; pero si vos os quisierais burlar de mi, yo siempre podría contar que os he cabalgo como un caballo".
  Los deseos del filósofo por poseer aquella hermosa mujer fueron tan fuertes que asintió. Entonces en lo profundo de la noche, ella le puso los frenos en su boca, lo ensilló con una improvisada montura y lo hizo andar a cuatro patas por el jardín y con látigo lo castigaba en sus nalgas cuando este se detenía.
  Fue entonces que Alejandro sabiendo que Aristóteles se hallaba cumpliendo los caprichos de la hetaria, entra en escena y le exige a su maestro un explicación.
  La respuesta no se hizo esperar y es muy clara: "Alejandro ya no te reprenderé más por tratar con mujeres, pues no hay inteligencia humana que no sea nublada ante los embrujos del amor de una de ellas. Si un viejo supuestamente sabio como yo terminé en tal situación, que no le podría pasar a un jóven inexperto. Alejandro, ante sus ojos tiene la razón de lo que he tratado de prevenirlo, el deseo erótico que no atiende a edad, ni a reputación, ni a conocimiento alguno".
  Alejandro bastante complacido con la respuesta, perdona a su maestro, lo deja irse libremente, para por fin reunirse con Filis sin recibir ningún tipo de reprimenda.

Modificaciones y conclusión final

  Como he dicho al principio, esta obra cobró una notable popularidad en su tiempo, sus versos fueron imitados, repetidos y variados a medida que iban pasando de corte a corte y se iba traduciendo a otros idiomas.
  El éxito de la obra debió de ser grande, que la propia Iglesia metió manos en el asunto a través de Jacques de Vitry obispo de Acre y futuro cardenal de Tusculum. El redactó una nueva versión de la historia, donde eliminó cualquier tipo de aspiración literaria y la cargó de un fuerte contenido moral y trascendente. Para Vitry, Filis ya no es más una cortesana, sino la esposa de Alejandro Magno, y ella engaña a su esposo con el filósofo, desatando con ello el secular mecanismo que alude a la perfidia y la maldad que hay en las mujeres.
  Sin embargo, la historia de Aristóteles y Filis, la que todos conocían sobrevivió a las intenciones de Jacques de Vitry y llegó a nuestros días con algunas variantes, pero dejando más o menos en claro las intensiones del autor original y que no es otra cosa que: La humillación de la filosofía frente a la belleza, el sometimiento de la racionalidad por la animalidad y la ceguera de la pasión, la rendición de la vejez a la juventud, la victoria del vicio sobre la virtud, entre otras conclusiones.
  Como lo dice el señor Jorge Ledo en su análisis "En todos estos significados entrelazados, la mujer permanece aislada de la humanidad y de la razón, animaliza al hombre y rinde a la evidencia de la carne cualquier ejercicio de abstracción. Aristóteles, quien representa la ascesis, la razón y la vida especulativa queda sometido y espoleado por el deseo. Filis, la hetaira represnta la carnalidad, la irracionalidad y la vida vegetativa que se limita a ser un objeto o a un mero mecanismo natural.
  Así, en la historia de los amores de Filis y Aristóteles, la lección última es que en un sistema de valores estático y patriarcal, el rebajamiento a la animalidad del hombre lleva implícito un rebajamiento absoluto de la mujer, representando la fábula un sistema de equivalencias que nunca es evidente. Y exactamente lo mismo puede decirse de su lectura sadomasoquista".

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