martes, 15 de marzo de 2016

Los beneficios de leer literatura erótica en la tercera edad

  En la sección Sociedad del diario Clarín, me encontré con un artículo donde los specialistas en gerontología aseguran que la literatura erótica aporta algunos beneficios extras a los mayores de 65 años, además de mantener activo el cerebro.
  Estos mismos expertos encontraron razones para leer este tipo de libros o contenidos al envejecer: Estimular los sentidos y mantener las reacciones corporales, estimular las funciones cognitivas, evitar el avance del deterioro cognitivo, seguir motivados con la existencia y por último a aceptar la muerte de la mejor manera posible.
  "Nada le da más sentido a la vida que el amor. Y puede ser tan efectivo que hasta elimina el uso de antidepresivos", afirmó el psiquiatra Rafael Alarcón, coordinador de la sección de Gerontopsiquiatría de la Asociación Psiquiátrica de América Latina (APAL), que expuso sus conclusiones en el V Congreso Panamericano de Gerontología y Geriatría en Cartagena, Colombia. Allí explicó cómo la lectura de textos eróticos, no pornográficos, tiene la capacidad de despertar emociones. "Se utilizan funciones intelectuales como la memoria, la atención, la concentración, la capacidad de pensamiento simbólico y la imaginación. Se da lo que en ciencia llamamos neurogénesis y plasticidad neuronal del cerebro, algo que comprobamos con estudios por imágenes. A través de la lectura, los mayores se dan cuenta de que siguen existiendo, sintiendo y deseando", detalló Alarcón, que dicta talleres de lectura para adultos mayores.
  El psiquiatra tiene una lista de 24 libros recomendados, entre sus favoritos figuran los siguientes:
  • "El pájaro espino", de Colleen McCullough
  • "Los poemas de amor", de Pablo Neruda
  • "Los poemas de amor", de Jorge Luis Borges
  • "Justine", del Marqués de Sade 
  • "Como agua para chocolate", de Laura Esquivel
  • "Gabriela, clavo y canela", de Jorge Amado
  No lo duden, leer es muy sano para nuestra salud y nuestro cerebro. Mucho más estimulante y saludable resulta si podemos generar ese habito en nuestros abuelos y los alejamos un poco de la televisión.
  Si ellos tienen dificultades para leer, sería una buena alternativa ser nosotros quienes les leamos algunos capítulos y fortalezcamos así lazos con nuestros predecesores, interactuaremos con ellos refrescaremos sus mentes y les proveeremos grandes beneficios en su calidad de vida.

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